Fecha de nacimiento: 26 de abril de 1898, Sevilla
Fallecimiento: 14 de diciembre de 1984, Madrid
HOMENAJE A VICENTE ALEIXANDRE
Grupo poético: Malditos Bastardos
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EN TU ARENA, MIS VERSOS
No me niegues un trozo de tu playa,
perdida más allá del pensamiento;
cuidaré con cariño las gaviotas
que esparcen por la arena tu recuerdo.
No quiero recrearme, por inercia,
en locas fantasías con tu pelo,
ni plasmar el glamur de tu figura
en la métrica fría de unos versos.
Puedes pensar, si quieres, que es mentira,
que no me has visto nunca, ni te quiero,
que soy solo un dolor sin anestesia
en las húmedas llagas del silencio,
por la distancia inmensa y sin retorno
de tantos descalabros superpuestos.
Tu ausencia me ha quitado ya las ganas
-y las excusas- de seguir viviendo;
pues voy, perdido en mi bajel de espuma,
bogando entre la aguas de los tiempos…,
y ya encargué a las olas que emborronen
en tu arena las huellas de mis besos.
Reyes Ferrándiz
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POEMA 2
EL DOLOR DE LA MADRE TIERRA
Te sembramos
con maldiciones del pasado,
te inundamos
con el agua de dolor amargo,
te abandonamos
con los pechos amoratados
y olvidamos
aquella canción de cuna
que nos cantabas entre tus brazos.
Arañamos cada poro de tu piel,
destrozándote, la sonrisa hecha jirones;
desgarradas tus delicadas fibras de carne
para desterrar nuestra voracidad y hambre,
no pararemos hasta dejarte marchita.
De lágrimas se inunda el mundo
al ver los actos de tus hijos,
dejan desolación a su paso.
De dolor se impregna tu manto,
nadie escucha tu vientre,
claro, nítido, transparente,
cuando su llanto descarga.
Déjame llenar
mi rostro de ti
para poder derramar
tu ser dentro de mí.
Háblame
de cosas olvidadas,
niebla en el tiempo,
donde tu piel verde
en arena de playa
muda se convierte,
dunas de un desierto
que una vez fue fértil.
Y te hemos abrasado,
tu rostro cubrimos de ceniza.
Y te hemos devorado,
sin pararnos ni un breve instante a verte.
Y te humillamos,
nos has dado vida y alimento,
así es como te lo hemos pagado.
Sí, te hemos calcinado,
sin detenernos un instante a verte.
Sí, te abandonamos,
sin escuchar la voz de tu vientre.
Dime donde ha quedado
el último de tus bosques
porque en él deseo perderme.
Antonio Roman Quesada
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POEMA 3
TUS LABIOS Y LOS MÍOS
Se querían, sin duda, se querían,
los tuyos y los míos se buscaban,
a veces hasta en sueños se encontraban
y locos de deseo se comían.
Se adoraban , sin duda, se adoraban,
del alba hasta la noche perseguían
el delicioso tacto que tenían,
y luego, con su juego se enroscaban .
Hoy siguen como ayer, nada ha cambiado,
se quieren y despiertan sensaciones
convencidos de ser algo más sabios.
Persiguen como ayer de lado a lado
los besos que salen sin rescisiones
cuando se encuentran libres nuestros labios.
Ramon Bonachi
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POEMA 4
APÁTRIDA
Ay, cuántas veces caigo y me levanto,
¡cuántas veces! Digo, ¿qué pasaría
si dejo descargar mi batería
en la corriente tímida del llanto?
¿Qué, si cierro por siempre a cal y canto
estas venas que son pura sangría?
Es muy triste ser siempre una avería
en el eje vital que tanto y tanto
oprime la estructura de la vida
de forma despiadada. ¡Quién pudiera
romper tantos esquemas, tantos lazos…!
Pero no puede ser. Me faltan brazos
para poder izar esta bandera
a quien nadie dará la bienvenida...
Angel Cazorla Olmo
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POEMA 5
MÁLAGA: TU CIUDAD
a Vicente Aleixandre
Torrentera de luz, vergel florido,
paraíso ligado a tu existir.
Tan solo un dios la pudo concebir
en un soplo de amor enardecido.
Quedó tu corazón entretejido
con el hilo del tiempo, en un latir.
Hurgar en la memoria es revivir
lo que salvó el recuerdo del olvido.
Y regresas de nuevo a tu ciudad,
retornas a su cielo y su blancura,
a las ondas que el aire levantara…
E inmerso en su azulada claridad,
recreas esa angélica hermosura
que en tus ojos de niño se grabara.
Carmen Aguirre
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POEMA 6
ESTIRPE DE LUZ
Si fuera el amor un verso que no duerme,
la noche caería sobre tu cuerpo
como una bendición sin origen
y las pieles agitarían sus banderas de sueño
hasta que ardiera el mundo,
porque la música de dos seres que se tocan
hace del tiempo una estación sin muerte.
Mujer que bailas en la madrugada
rompiendo el cristal de tu silencio,
alza la copa de tu cárcel
como si descifraras la llama desconocida de tu nombre.
Temes que las palabras te posean
y carguen contra ti sus filos de alas;
pero tu corazón ya no es espina,
porque el amor te ha revestido de un escudo
que vence al aguacero.
Todos los días de tu vida vigilaré tu paraíso,
diosa del beso y las raíces,
amazona del verso y de la aurora.
Solo tengo sentido en una boca que te crea
para unirte a la estirpe de luz donde sucedes.
Isabel Martínez
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Grupo Poético: Malditos Bastardos
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