nº 1
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NAUFRAGIO
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Bebió la paz de sus ojos,
la mar, con su aliento frío,
y fue papel en sus fauces
la barcaza del marino.
En el puerto sigue anclado
el enojo de aquel niño;
cubierta de sal y espuma,
su esperanza se hizo añicos.
-¡Oh, padre!, ¿cuándo regresas?,
la sombra envuelve los riscos
como sierpe cautelosa
que atrapa el botín preciso;
y en sus luceros de miel...,
las gaviotas hacen nido.
Muchas lunas fenecieron,
hasta que el ponto, consigo,
trajo en sus crestas maderos
como señal del delito,
para al fin grabar un nombre
en la lumbre de algún cirio.
.
Miriam Chamba.
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nº 2
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Bajo la luz de sus ojos
el niño duerme en sus senos,
moreno de negra luna,
de rudo acento flamenco.
No temas nada, mi niño,
sobre el manto de sus pechos
cuando los cuchillos suenen,
que nada rompa tus sueños.
Con el furor en la sangre
cuatro civiles vinieron
bajo unas capas de seda,
sus voces vienen sin eco,
silenciosas, temerosas,
en esta noche de rezos,
a tu sangre grana claman.
La luna viste de duelo,
¡oh!, niño de mis amores
la noche trae su velo,
pálido como el jazmín,
áspero como el sarmiento.
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Manolo Gimeno Cervera.
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nº 3
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Romance al amor de paso.
Pasadizo de las sombras,
dónde se esconden las máscaras,
si te volviera al encuentro
en un suspiro de lágrimas,
en una tarde cobriza
y un blanco sueño de sábanas,
recuerda los días grises
con un viento de guirnaldas
al compás de los alcores
y el bordón de las guitarras;
mira que en la noche negra
se describe en las borrascas
la pasión de unos amantes
que llorando se desgranan
en un amor como perlas
y en dulce de calabaza.
Yo no he de llorarla más
es el llanto hiel que amarga
en versos me dejo ir
con los volantes del agua.
Enrique Sabaté
.
nº 4
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ROMANCE DE LA LUNA TRISTE
(Para mi linda amiga Raquel Vera)
El cielo tiene una perla
prendida de su tejado
con una carita pálida
picada de mares blancos.
Anda buscando ese broche
unos ojos con dos lagos
para llevarle un pañuelo
con el que secar su llanto.
Recuerda cuando era oro
rodeada por un lazo
deseo de las mujeres
corazones palpitando.
Gime en la noche la luna
porque ha perdido su halo
por ella nadie suspira
como sucedía antaño
por eso nunca sonríe
por eso rompe su tallo
y la magia se evapora
deja el firmamento pardo.
Antonio Roman Quesada
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nº 5
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CUATRO MULAS NEGRA
Cuatro mulas negras, cuatro,
negras, negras, negras, negras,
cargan con los cuatro cuerpos
envueltos en cuatro esteras,
improvisados sudarios
que negra sangre gotean.
Cuatro cuerpos de civiles
muertos, boca abajo, cuelgan
lánguidamente mecidos
en esta ristra de acémilas.
Negras son las cuatro mulas.
Las herraduras son negras. - (*)
Entre sabinas y enebros
bajan la empinada senda.
Al paso, sus herraduras
sacan chispas de las piedras.
La tarde espera su noche,
la luna está muerta, muerta; - (*)
sangrante luna de octubre,
triste la luna lunera,
Por el aire cuatro buitres
lentamente circunvuelan
sobre la fuente del pueblo;
mientras las mulas abrevan
hay un bullicio de risas
de los niños de la escuela
que en el agua de la fuente
inocentemente juegan.
Cuando las mulas avanzan,
negras, negras, negras, negras,
se enrosca un negro silencio
por las angostas callejas
y unos miedos invisibles
puertas y ventanas cierran.
Tras los postigos, silencio
de cómplice indiferencia.
Alguien habrá que celebre
desde detrás de la puerta
la trágica escaramuza
del maquis, que a la siniestra
guardia civil hoy le ha dado
una cumplida respuesta.
Puede cortarse el silencio.
Se barrunta la tormenta.
La luna no se equivoca:
tricornios relampaguean.
Reyes Ferrándiz
NOTA: Los versos marcados (*) son de Lorca (Romancero).
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Nº 6
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Llueve y llueve...
.
Llueve y llueve y llueve a cántaros
sobre la tierra mojada;
relámpagos de colores
con broncos vientos de agua
la taladran de sonidos,
sonidos de lluvia amarga.
Sobre el alféizar la niña
canta y llora, llora y canta:
¡ay, que no llega el gitano!,
¡ay, que al gitano lo matan!
La luna se difumina
entre volantes de plata,
y el gitano que no llega
y el gitano que no llama.
Un luminoso arcoíris
de amarillo, rojo y grana,
reverbera con el sol
engalanando montañas;
la primavera de encaje
limpia a la niña sus lágrimas.
El gitanito ya viene,
viene empapado hasta el alma,
dos puñales en el cinto,
charcos de sangre en la plaza.
.
Teresa Fernandez.
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nº 7
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Romance oscuro y agua roja
El viento azota a la lluvia
con fuerza devastadora
y lo que fuera cortina
de agua mansa y armoniosa
se hace furia en las ventanas
y los vidrios se alborotan.
Toledana está la noche,
cuando se enciende en la alcoba
una luz porque a su dueña,
dormida de hace dos horas,
han despertado los golpes
de agua y viento en la casona.
Se ha levantado del lecho
y su leve camisola
cubre con bata de encaje
en rutina decorosa.
Desciende las escaleras
de madera antigua y tosca,
el sueño ronda sus ojos,
nace un bostezo su boca,
mientras baja a la cocina
donde una persiana arroja
violenta contra su jamba
golpes de noche ventosa.
* * *
No descansa en el redil
el ganado quejumbroso
con el cercano ulular
de fantasmal viento lobo.
Y un lobo con cuerpo de hombre
esconde tras el embozo
en la noche más oscura
la lividez de su rostro;
sabe bien que todos duermen
y es por tanto muy remoto
el peligro de ser visto
pero astuto y receloso
nada deja a la fortuna
prefiere preverlo todo.
Que a la suerte permitiera,
libre albedrío y antojo
tiempo atrás, tiempo inocente,
optimista y candoroso.
Y ofreció su corazón,
pecho abierto, sin rebozo,
a quien confiaba hacer suya
y hoy, el corazón ya roto,
busca en lo oscuro venganza
y en la venganza reposo.
Un rayo cruza la noche
y el cielo se hace sonoro
para acompañar la furia
de hombre viento y viento lobo.
* * *
Ha abierto ya los cristales,
la mujer, de la ventana
para acabar con los golpes
que la tienen levantada.
Un aire arremolinado
miles de gotas le lanza
con tal fuerza que hacia atrás
la empuja mientras la empapa.
Cae al suelo y sin demora
nuevamente se levanta
con decisión y sin miedo
y un tanto encorajinada.
Vuelve a asomar a lo negro
y el filo de una navaja
corta en rápido destello
su avance hacia la persiana.
El viento se ha detenido,
la noche se ha vuelto calma,
han cesado ya los golpes,
ya se duerme en la cabaña;
la lluvia ha dejado un charco
de agua dulce, de agua clara
en lo oscuro de la noche
junto a cocina y ventana.
Dos ojos fríos de acero
ven como el charco y el agua
se van tiñendo de rojo
consumada la venganza.
.
Manolo Gonzalez
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nº 8
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ROMANCE SIN TON NI SON
Un carámbano de luna
el manto nocturno vela
y celoso, guarda el paso
del gitano por la senda;
estrepitoso en su marcha
estrepitoso en su idea
pues a dónde el paso alarga
y dirige -a ciencia cierta-
sabe que la vida rompe
en las costas de una hembra...
Nardos muslos, Nardos pechos
Nardo fragor que le puebla
cada remoto rincón
de su cuerpo, y le secuestra
el sano juicio, que al hombre
lo distingue de las bestias.
Ya cerca del caserío
humedecidas y trémulas
sus manos palpan el aire
que su briosa carne quema
pues escasos metros ya
lo separan de la hoguera
en que la pasión recita
con acento de epopeya
aquel encuentro amoroso
que ha tiempo relampaguea
cuando la noche es oscura
y la sangre se revela
ante la sed, que restaña
su flujo fluido, y trenza
marañas de soledad
siglos de gélida ausencia,
y languidece el deseo
a impulsos de foisas penas.
Ya ante el pórtico anhelado
que lo separa de aquella
divinidad, sutilmente
da anuncio de su presencia.
Un sobresalto, un suspiro
entonces, salen a escena,
desde dentro de la casa
y se estremece la tierra
bajo los pies del gitano
que abraza la dicha eterna.
.
Carlos Hernandez
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nº 9
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Arráncame el corazón
(a Federico G. L.)
.
Cuando se cierne la noche
y el cielo se vuelve endrino,
por las torres de Granada
se desangran los suspiros,
esos, que traen los vientos
y j’ieren como cuchillos.
La campana de la Vela
se convierte en puro grito,
la nieve derrama lágrimas,
¡la luna perdió su brillo!,
y ya no baja a la fragua
donde el duende está cautivo.
¡Ay, qué amargura tan grande!
¡Ay, qué angustia y qué martirio!
Se va formando en mi entraña,
de espinos, un amasijo
y la tristeza no puede
salir de este laberinto.
¡Ay, dulce y roja manzana!,
¡qué infierno sin paraíso!,
¡qué guitarra sin su centro!,
¡qué rosario de granizos!,
¡qué pozo de oscuridades!,
¡qué navaja sin su filo!…
¡Ay, qué veleta sin aire!,
¡qué dolor sin su quejío!,
¡qué soledad tan amarga!,
¡qué pena, sin Federico!
Mariposa de los sueños,
mariposa del olvido,
¡arráncame el corazón
y llévatelo contigo!
.
Carmen Aguirre
.
nº 10
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" Mujer de pérfida entraña"
Gitana, todos le dicen
"mujer de pérfila entraña" ,
hace pacto con su sangre
y hasta les jura venganza.
Anda por esos caminos
sin mirar por donde pasa,
va rompiendo corazones
con embruje de tu danza.
Y quién le tatuó en su sino
"mujer de pérfila entraña"
si la vida fue quien quiso
volverla tan cruel y mala?
Cuando sangrando su rosa
sobre una framante sábana ...,
cuando su amor era puro
como el río en la Cañada
le relegaron los ojos
sin importarle su lágrima,
se sirvieron de su cuerpo,
y desdeñaron su alma,
Por eso su sangre es fría ,
por eso su carne es brava,
por eso sus ojos negros
encienden con la mirada.
Ahí va la gitana niña ,
va manchando su navaja.
Ahí viene la que le llaman:
" mujer de pérfila estraña"
Claudia Beatriz.
.
nº 11
.
Deja que alumbre la luna
sobre la sangre escarlata
de este amor que me revienta
por las ganas de besarla.
Deja que la lluvia a mares
me arranque el dolor del alma
porque mirando las flores,
yo la miré y me miraba
con esos ojitos negros,
con esa negra mirada
de tristeza y de alegría,
de impotencia cruel y amarga,
porque quererme le duele
como si muchas navajas
recostadas en su pecho,
la pasión le apuñalaran.
¡Sangra mi niña azucena,
¡sangra mi niña del alba!,
que este amor, de pena, muere,
mientras la lluvia le canta.
.
Helena Restrepo
.
nº 12
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La esposa del sol.
.
Me miró la luna anoche,
con mirada seductora,
con belleza inigualable,
y con un porte de diosa.
Vestía toda de rojo,
y estaba por dentro rota,
la sangre que le brotaba
salpicaba hasta mi ropa.
Me dijo que estaba triste
porque se hallaba muy sola,
que el dolor la consumía,
que pensó en volverse loca.
Le dije que no sufriera,
que hay muchos que la enamoran,
que los poetas le escriben
cual palomo a su paloma.
que su luz es tan potente
que las tinieblas las corta,
como cortan los colmillos
la comida de la loba.
Le dije que era casada,
que mirara su corona,
que era la esposa del sol.
el que brilla en nuestra aurora,
pero por causas extrañas
nadie supo de su boda,
solo Dios que los creó
al inicio de su obra.
Cuando la luna me oyó
pude ver que ya era otra
y se fue a encontrar su sol
que asomaba tras la loma.
.
Poly Gomez Flores
.
nº13
.
¡Corre gitana, corre!
.
Con la falda desteñida,
surcan el agua con gracia,
llevan rosas de estandarte,
ojos verdes, manos largas
y, en lo profundo del río,
las gitanas vislumbraban
el cuchillo con dolor.
Gitana, tu fe es cristiana
y vistes de brizna verde
cuando cantas tus plegarias.
A la puesta del ocaso,
llegan cantos de mordaza,
¡viene la guardia civil!
¡tu sangre roja reclama
la callada negra Luna!.
Sus capas de telas claras
han entrado en esta corte
con las manos condenadas.
¡Corre, mi gitana, vuela!
¡Corre, que llegan las balas!,
y la voz viene sin eco
en la penumbra hechizada.
.
Manuel Gimeno Cervera
.
nº14
.
MAGIA
Oh gitana de la noche
ya no llores tu nostalgia,
no llores, no llores nunca,
el sol te dará su magia
en los eternos azules
de terciopelo y de grana.
Ya propóntelo lunita,
el amor todo lo alcanza,
ya verás como te luce
su coronita dorada
y los pétalos de un lirio
te servirán para enagua.
Gitana no te avergüences
la sangre llueve en tu cara,
lo mismo llueve el amor
cuando su amor lo reclama.
Algunos de los luceros
se adelantaron al alba,
para ver como un eclipse
te acaricia en cuerpo y alma.
Amelia Blanchard
.
Nº 15
.
La luna
.
La luna viene vestida
con esclavina de plata,
en la negra, negra noche,
por sus luces mancillada,
lleva el albor de la aurora
prendido de sus enaguas
con la tristeza sin ojos
del numen de la nostalgia
y mi corazón, hundido,
la mira llorando y, calla,
la pena que lleva dentro,
la pena que lo desgarra;
¡ay, pena, penita, pena!
¿por qué me robaste el alma?.
De negro luto vestida,
la noche que me acompaña,
en este inmenso dolor
por el hijo que amamanta
la tierra, bajo la luz
de una luna, muda y blanca.
Mari Carmen Rodríguez Camargo
.
nº 16
.
Mi blanca pena
.
Por los muros de Granada
se peinan miles de estrellas,
brillan sus cabellos blancos
cuando la noche es más negra.
Quisiera poder mirarte,
mi Granada , mi lucera,
mas no hay color en mis ojos
alguien lo lleno de tierra.
Antes fueron manantiales
de ilusiones y de ideas
dos luceros que buscaban
libertad entre la niebla.
Con la nieve no hay romero
que levante la cabeza,
y hasta la senda se pierde
cuando se borra la estela.
Si tus muros por mi lloran
porque el mal quedó tan cerca,
será que no existe el bien
o se esconde en una cueva.
La luna con su blancura
busca en Granada al poeta,
pero solo halla silencio
de un amor falto de flechas.
Hoy me duele el corazón
porque nadie lo calienta,
solo me acarician rosas
tan blancas como mi pena.*
.
Ramon Bonachi
.
nº 17
.
Romance al amor traicionado
Jirones de crespón negro
en las zarzas enredados,
lucen al rayo de luna
igual que encrespadas manos.
A lo lejos una jaca
levanta alberos amargos,
sus jaeces de aceituna,
tejidos en miel y canto,
le ponen alas al viento
con su trote sin descanso.
¿Por qué me abandonas, niña,
si sabes que por ti ardo,
si armamos juntos palacios,
si juntos volamos alto?...
Yo te he dado con mi vida
lo que no sabrá ese payo,
Mira qué tristes las crines
quedaron de mi caballo.
Perdido, sueño en tu enagua,
y en ese junco gitano,
y en la mata de tu pelo
de azabache adamascado.
Mi querer se va contigo
a grupas del trote bayo
y si el camino, algún día,
nos cruza en algún meandro,
enterraré en mi sentir
este puñal afilado.
Inmaculada Nogueras Montiel
.
nº 18
.
Alborada
Resuena, al anochecer,
el llanto de la mañana:
y, al dorso de los crespones,
el gesto de la guadaña
desata un grito en el cielo.
Ya asoma su cara blanca,
con máculas de cianuro,
la luna que se levanta.
No solo lleva el azul
tiñendo su tez amarga,
el filo de los puñales
dibuja, con escarlata,
la trágica melodía
de un manto gris sobre el alma.
La sombra, como el boceto
mefítico que se escapa
de un cuadro negro de Goya,
perversa de una cigarra
mancilla el vestido rojo
rasgado por la navaja.
Tomillo, romero y menta,
claveles, lirios y calas,
gladiolos y nomeolvides,
el séquito de la marcha
que sigue a los crisantemos,
ocultan con su fragancia
la herida que no sutura
clamando por la venganza.
El tiempo no se detiene
y limpia todas las llagas.
La sangre clama por sangre,
por sangre la sangre clama;
y cuando la muerte tiñe
los ecos de la alborada
y gimen las plañideras
la noche en la luz se ampara.
Marcos Circenses.
.
nº 19
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Lamentos de sangre
.
No llores luna gitana
que se estremece la noche
cuando derramas tus perlas
sobre el alma de los hombres.
No llores guitarra mía
que resuenan tus acordes
como lamentos de sangre
en el eco de los montes.
La tierra de rojo viste,
visten de rojo los brotes
que en los cálidos ocasos
derramaron sus colores
en la cúspide del cielo
que ahora entre sombras se esconde.
El viento grita con furia
queriendo tapar las voces
de las estruendosas balas,
cuando silban y recorren
la distancia de la muerte
en su sórdido galope.
No llores pueblo gitano,
guarda tu rabia y no llores.
Tere Bas
...............................
Grupo Malditos Bastardos
29 de Abril 2018
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