Grupo Poético: Malditos Bastardos
Cadenas de Sonetos
*****
Nº 1
Entre el
Amor y el Odio
I
Lo nuestro
fue tan solo una quimera,
con qué
facilidad, amor, olvidas
todas
aquellas rosas prometidas
que
arrojaste en alguna papelera.
Lo mejor es
dejar que a solas muera,
tu voz en mí
reabre las heridas
que muy
atrás dejé tan escondidas
en las rimas
de aquella primavera.
Entre la
colección de agudas frases
de tu libro
de páginas filosas,
me gustaría
que me dedicaras
todas esas
que hicieron que me odiases.
Déjame ahora
recoger mis cosas,
para la
soledad no te preparas.
.......
II
Para la
soledad no te preparas,
-no existe
ni consuelo ni piedad-
No se puede
vivir en soledad
aunque en
ella te escondes y te amparas.
Dejé que
entre mis brazos te acunaras
y fui en tu
oscura noche claridad;
mas pronto
descubrí tu falsedad
y vi tus intenciones
poco claras.
¿Y me vienes
pidiendo explicaciones?
¿Y preguntas
por qué yo te odio tanto
y pueblo tu
sendero de amargura?
No
preguntes, ¡bien sabes las razones!…
Has de
penar, sumido en el quebranto,
por haberme
arrastrado a la locura.
.....
III
Por haberme
arrastrado a la locura,
por
mostrarte tan fría como el hielo,
en otros
brazos encontré consuelo,
así quedó
sellada la ruptura
con palabras
que suenan a dulzura,
que me
animaron a emprender el vuelo,
para mí
dibujaron otro cielo
forrado con
encaje de ternura.
Tal vez seamos
ambos los culpables;
el orgullo
¿de qué nos ha valido
si el
corazón acaba destrozado?
¿Ahora vamos
a afilar los sables?
Yo creo que
carece de sentido
ahora que ya
todo ha terminado.
Antonio
.....
IV
Ahora que ya
todo ha terminado
y encontraste
consuelo en otro amor,
quémate en
ese fuego abrasador,
ese fuego
que nunca yo te he dado.
Borra de tu
memoria ya el pasado,
poner punto
y final fue lo mejor;
y, si al
pensar en mí sientes dolor,
arráncate la
espina del costado.
No
prolongues por más el sufrimiento,
que una
mancha de mora otra la quita
y ya no soy
la misma que antes era.
He cortado,
de un tajo, el sentimiento,
y lo que
muerto está no resucita…
¡Lo nuestro
fue tan solo una quimera!
Carmen
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Nº 2
Cuando se
cruzan las miradas
I
Observo tu
mirada entre la gente,
sensual y
penetrante, que enamora;
tu
esplendoroso andar de pecadora
seduce al
corazón más insolente.
El día se
hace lento, más doliente,
quisiera
conocerla más señora,
morir mi fe
no quiera entre su aurora
si solo soy
tiniebla entre tu frente.
Déjame que
naufrague por tus pechos,
me rindo a
los embrujos de tu vicio,
corrompe mi
virtud con tu sapiencia.
Que los
latidos queden satisfechos,
corrompiendo
la noche en su suplicio,
recuerdo que
buscabas con urgencia.
......
II
Recuerdo que
buscabas con urgencia
cruzar
nuestras miradas al momento;
mirar tu
paso aliado con el viento
llevaba
hacia una mística experiencia.
En el
silencio a gritos de abstinencia
del verbo,
tu deseo yo presiento,
quizás el
conocernos sin más ciencia
nos lleve a
un singular descubrimiento.
Dejemos que
el momento lo decida,
que el arte
de saber improvisar
provee
frutos muy interesantes.
Y en este
experimento que es la vida,
cualquier
locura puede resultar
cuando moran
silentes los amantes.
Gema
.....
III
Cuando moran
silentes los amantes
en las hojas
del árbol, sus tejidos,
en las
variadas flores jadeantes,
nacen
llantos en ecos florecidos.
Está tu piel
oliendo a primavera,
en ese manso
río de agua y leche.
Será tu
garra fría de pantera
en esta
noche clara quien aceche.
Serás la
voz, el eco del planeta,
la esencia
de una noche clandestina;
serás alba,
la dulce luz violeta.
Y sueño con
tus ojos de latina;
oscura está
la noche, más completa,
seremos como
el agua cristalina.
.....
IV
Seremos como el agua cristalina,
que fluye cual murmullo en su corriente,
tu rúbrica en mi piel, con tinta fina,
será desde tu boca letra ardiente.
Mi dulce
candidez concupiscente
pondrá en dilatación a tu retina,
mi garra, caballero, es complaciente
igual un poco sádica, asesina.
pondrá en dilatación a tu retina,
mi garra, caballero, es complaciente
igual un poco sádica, asesina.
Dejemos que
la noche con soltura
nos lleve en libertad hacia la aurora,
asidos al vaivén de su corriente.
nos lleve en libertad hacia la aurora,
asidos al vaivén de su corriente.
Y lejos del
colchón y su blancura,
en tanto tu pupila me devora,
observo tu mirada entre la gente.
en tanto tu pupila me devora,
observo tu mirada entre la gente.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 3
I
El día
amaneció
El día
amaneció de palo rosa,
y en ébano y
marfil, en la guitarra,
hoy vino a
despertarme la cigarra,
y usted,
lejos de mí, de arpegio y glosa.
Perífrasis
de acento en la baldosa,
en un turbio
compás de vino y farra
que evoca al
sanedrín de la Alpujarra
en justa
soledad, virtud y prosa.
Chamullan su
dicaz los licenciosos,
en términos
vedados a su hambrío
sujetos en
testudos belicosos.
Hay ganas de
este juego en lo baldío
por prendas
de trajines vigorosos
en todo un
vendaval que es griterío.
......
II
En todo un
vendaval que es griterío
se yergue la
escritura condolida
al no
entender la luz liberticida,
que existe entre
los sones de este río.
Lexemas
impregnados con el brío
de espasmos
de protesta enfurecida,
que
destierra la inercia de la vida
en un canto
plagado de albedrío.
Transitando
las rutas reticentes
o en la
sombra frondosa de la uvera,
seremos los
poetas disidentes.
Huyendo de
la plática agorera,
iremos
insumisos e indolentes;
el sendero
es la trova bullanguera.
.....
III
El sendero
es la trova bullanguera
del burlón
adventicio y perdulario,
en sus viñas
del mosto necesario
y el lagar
de la cuba vinagrera.
La extensión
de las nubes en la esfera
de este
mundo y su foro legendario
nos
prescribe del suelo y estuario,
en el delta
inmortal de su ceguera.
Una airada
razón es muletilla
en las
cartas que escribe el maestrillo,
vistiendo su
matula de mancilla.
Enciende así
la mecha el talcualillo
y tañe en
arrebato su trencilla,
llamando a
Rinconete, a Cortadillo.
.....
IV
Llamando a
Rinconete, a Cortadillo,
con audacia
se viste con puñales,
que esgrime
con insípidas señales
de ser en la
disputa el Lazarillo.
Mas, las
estrellas dicen que es un pillo
con aires de
señor de cantorales,
pero cunde
su error con sus cristales
de feudo que
presume de su anillo.
Así, como la
luna tiene fases
que cambia
su brillar en la baldosa,
se mueve su
razón sin firmes bases.
Envidia los
ejemplos de la diosa,
y se queda con una de sus frases:
"El día amaneció de palo rosa".
y se queda con una de sus frases:
"El día amaneció de palo rosa".
Isa
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 4
I
—“Te reto a
compartir, Ricardo mío,
Estos versos
en forma de soneto,
Recuerda que
te pido ser discreto.
En los temas
de alcoba, desconfío
Sobre todo
de hacer un desafío,
Aunque yo a
tu criterio me someto
Y te cedo
los versos con respeto.”
—“Recojo tu
testigo porque ansío
Iniciar el
cortejo sin demora.
Cada vez que
te leo, mi Teresa,
Arrecian más
las ganas de pasar
Raudo de las
palabras, me enamora
Darte lo que
tú esperas por sorpresa
O, si lo
pides, juro ante el altar.”
.....
II
A ver,
Ricardo mío, si me aclaro.
Tu acróstico
me coge de improviso;
que hablen
en mi nombre sin permiso,
no es solo
un atropello, es un descaro.
De mí no
sabes nada, y es muy raro
que salga de
mi boca el compromiso
de una
presunta alcoba o paraíso
que tú me
has endilgado sin reparo.
Espero que
haya sido la emoción
de un poeta
que late mientras vuela,
y le
tiemblan las manos cuando escribe.
El querer
siempre espera la ocasión
de verse acariciado,
y se rebela
si intentan
someterlo y lo percibe.
.....
III
Perdón pido,
mi dama, por tomar
en mis
versos tu voz sin tu permiso,
un
“chevalier servant” siempre es sumiso
y lo que
digas ha de respetar.
En adelante
juro solo hablar
de cómo
conseguir tu paraíso
y obtener el
ansiado compromiso
de que me
consideres tu juglar.
Mas lo
cortés no quita lo valiente
y te aseguro
que mis versos quieren
que me abras
tus murallas y tu alcoba.
Por eso, no
me impidas que te cuente
que ojalá
muchas noches nos esperen;
ya sabes de
qué hablo, no eres boba.
.....
IV
Lo de boba,
Ricardo, lo eliminas.
Malas artes
empleas, y vulgares;
con tal
vocabulario de lunares
te podrías
hallar besando espinas.
Porque no
son maneras, y patinas
pidiéndome
perdón sin que repares
que tienes
que elevarme a los altares;
y olvida lo servil
y las pamplinas.
Y bien,
puesto que insistes con la alcoba,
tengamos una
cita en condiciones
que cierre
este capítulo virtual.
Y no
insistas, por Dios, dándome coba;
nos veremos,
y luego…las pulsiones
dirán si fue
el encuentro, bien o mal.
......
V
Dirán si fue
el encuentro, bien o mal,
cuando
contigo estoy encadenado,
aunque solo
es al verso, ten cuidado
que pronto
puede ser algo real.
Por mucho
que te quejes, lo carnal
es parte del
sentirse enamorado,
es lo que,
en plata, llaman “encoñado”,
que este
juglar no es solo celestial.
Espero que
el encuentro acabe bien,
que los dos
nos atemos las cadenas
físicas y
mentales, que en la noche
salga
también el sol, que sin mosén
unamos
nuestros cuerpos por las buenas,
y las malas,
a tope, a “troche y moche”.
.....
VI
Olvídate,
Ricardo, de cadenas;
tu rol de
Casanova y banderita
me ha
blindado el cerebro a cualquier cita
gestada con
preludios de sirenas.
El lenguaje
soez, que desordenas
a modo de
donjuán cosmopolita,
se opone a
mi carácter sibarita
y a tu mundo
de alcobas y verbenas.
Así que,
amigo mío, por mi parte,
a esta
aventura nuestra pongo fin
y espero que
comprendas mis motivos.
Tus dotes,
sin embargo, han de llevarte
al vergel de
tus sueños, al jardín
de esos
placeres tuyos tan festivos.
......
VII
Lo que dice
una dama va a misa
y el
“chevalier” no tirará más tejos
mi intención
no ha sido, ni de lejos,
que el poema
le amargue la sonrisa.
Mas nada fue
soez, que la premisa
es que en
estos asuntos de cortejos
hay que
lanzarse al toro sin complejos
sin el
sibaritismo por divisa.
En asuntos
de alcoba todo vale
si entre los
combatientes hay pasión
y si no, lo
mejor es el camino.
“A rey
muerto rey puesto”, que equivale
a aprovechar
la nueva situación
¡que es muy
amplio el elenco femenino!
Y con refrán
termino,
diciendo que
“en negocios de la cama
conviene ser
mujer, más que una dama”.
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Nº 5
Otra vez el
amor
I
Es el pulso
febril que me enajena,
son las ganas olímpicas de olerte,
la odisea de amar en cuarentena,
enseñarle las garras a la muerte.
son las ganas olímpicas de olerte,
la odisea de amar en cuarentena,
enseñarle las garras a la muerte.
Transgredir
el cristal de la condena
por el loco delirio de quererte,
y plantar alegría en cada pena
cuando quede un instante para verte.
por el loco delirio de quererte,
y plantar alegría en cada pena
cuando quede un instante para verte.
Es la
idílica imagen que codicio,
acercarme a mirar al precipicio
si mi cuerpo a tu cuerpo se acomoda.
acercarme a mirar al precipicio
si mi cuerpo a tu cuerpo se acomoda.
Escuchar al
oído que me amas
reducirme a cenizas en tus llamas
hasta que el fuego me consuma toda.
reducirme a cenizas en tus llamas
hasta que el fuego me consuma toda.
........
II
Hasta que el
fuego te consuma toda,
voy a amarte sin prisas ni cerrojos;
formarán nuestros cuerpos una oda
donde queden de lado los sonrojos.
voy a amarte sin prisas ni cerrojos;
formarán nuestros cuerpos una oda
donde queden de lado los sonrojos.
Disfrutaremos
de la miel sin boda,
sin cadenas, sin miedos, sin abrojos.
Te voy a amar como el tenor rapsoda
a sus musas las ama con sus ojos.
sin cadenas, sin miedos, sin abrojos.
Te voy a amar como el tenor rapsoda
a sus musas las ama con sus ojos.
Los orgasmos
dormidos en tu cama
despertarán de su mortal letargo,
te fundirán como se funde el hielo.
despertarán de su mortal letargo,
te fundirán como se funde el hielo.
Vas a sentir
que el pecho se te inflama,
morirás de placer y, sin embargo,
podrás subir y descender del cielo.
morirás de placer y, sin embargo,
podrás subir y descender del cielo.
.........
III
Podrás subir
y descender del cielo,
sentir la piel con la que, al fin, te abrigo,
notar que flotas, levantar el vuelo,
jurar que siempre contarás conmigo.
sentir la piel con la que, al fin, te abrigo,
notar que flotas, levantar el vuelo,
jurar que siempre contarás conmigo.
Irá el amor
creciendo en nuestra historia;
el límite estará en ninguna parte.
Te aprenderás mi cuerpo de memoria
y viviré a tu lado para amarte.
el límite estará en ninguna parte.
Te aprenderás mi cuerpo de memoria
y viviré a tu lado para amarte.
Podrás subir
y regresar a tierra,
harás más dulce el lecho en esta guerra
para alcanzar un júbilo imposible.
harás más dulce el lecho en esta guerra
para alcanzar un júbilo imposible.
Amar será
motivo de alegría,
mi corazón, más tuyo todavía
porque eres en mi vida imprescindible
mi corazón, más tuyo todavía
porque eres en mi vida imprescindible
.......
IV
Porque eres
en mi vida imprescindible,
así como lo es la flor del tallo,
voy a darte, mi amor, el combustible
que te llene los cántaros de mayo.
así como lo es la flor del tallo,
voy a darte, mi amor, el combustible
que te llene los cántaros de mayo.
Todos los
días estaré accesible,
seré tu fiel y tu servil lacayo;
voy a darte mi amor inmarcesible,
tú vas a ser mi nube y yo tu rayo.
seré tu fiel y tu servil lacayo;
voy a darte mi amor inmarcesible,
tú vas a ser mi nube y yo tu rayo.
Haremos el
amor salvaje y tierno,
bajo los rayos de la luna llena
o sobre el gélido y temible invierno.
bajo los rayos de la luna llena
o sobre el gélido y temible invierno.
Vas a ser en
mi mar feliz sirena,
porque darte mi amor mortal y eterno
es el pulso febril que me enajena.
porque darte mi amor mortal y eterno
es el pulso febril que me enajena.
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Nº 6
Diálogo
I
-Contempla,
niña hermosa, mi apostura
y dirás: "¡Cuán gallardo caballero,
qué brioso!, en mi alcoba lo requiero".
No sufras, me tendrás, primor, ricura.
y dirás: "¡Cuán gallardo caballero,
qué brioso!, en mi alcoba lo requiero".
No sufras, me tendrás, primor, ricura.
-No dudo, al
contemplar la envergadura
de tan gallardo halcón, igual que fiero;
de todo tu talento, más prefiero
dejar para alguien más tu galanura.
de tan gallardo halcón, igual que fiero;
de todo tu talento, más prefiero
dejar para alguien más tu galanura.
.
-Pero, nena,
el halcón puede, en sus alas,
elevar hasta el Cielo a dos palomas;
permítete gozar de mi esplendor.
elevar hasta el Cielo a dos palomas;
permítete gozar de mi esplendor.
-Serán
quizás palomas colegialas,
que con gran maestría te las “domas”.
Mi halcón, yo no preciso “domador”.
que con gran maestría te las “domas”.
Mi halcón, yo no preciso “domador”.
:::::::
II
Mi halcón, yo no preciso “domador”,
mas bien yo soy paloma de alto vuelo,
y anulo los efectos, por mi cielo,
de tus dotes de gran depredador.
-Porque no
has conocido, aún, mi ardor,
si sintieras, preciosa, mi desvelo
por llevar a tu lecho asaz consuelo,
querrías ser domada en mi fulgor.
si sintieras, preciosa, mi desvelo
por llevar a tu lecho asaz consuelo,
querrías ser domada en mi fulgor.
-Me conmueve
tu afán acomedido,
tanto así que una lágrima se escapa,
pero, halcón, no eres ave pa’ mi nido.
tanto así que una lágrima se escapa,
pero, halcón, no eres ave pa’ mi nido.
-Tras tu
desdén, tu anhelo se destapa,
sé que quieres gozarme en tu angostura,
¡Contempla, niña hermosa, mi apostura!
sé que quieres gozarme en tu angostura,
¡Contempla, niña hermosa, mi apostura!
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 7
“Pulsando
cada tecla del deseo”
I
Pulsando
cada tecla del deseo
de alguna partitura silenciosa
a tientas, en la estancia indecorosa,
mis dedos disfrutaban su recreo.
de alguna partitura silenciosa
a tientas, en la estancia indecorosa,
mis dedos disfrutaban su recreo.
Y sentí, en
el sopor de mi mareo,
la ascendida inclemencia misteriosa
de una lengua invisible y prodigiosa
como abejas libando en aleteo.
la ascendida inclemencia misteriosa
de una lengua invisible y prodigiosa
como abejas libando en aleteo.
Tu enhiesta
nebulosa arquitectura,
nacida de mis ansias y ambiciones,
me da tanto placer como pavura;
nacida de mis ansias y ambiciones,
me da tanto placer como pavura;
y, en esa
comunión de comuniones,
ardí dentro de tu pupila oscura
en un rigor vital sin restricciones.
ardí dentro de tu pupila oscura
en un rigor vital sin restricciones.
Mardy.
....
....
II
En un rigor
vital sin restricciones,
se encuadra el loco afán de enamorarte,
a ti, toda belleza, todo arte,
mas guardas la distancia, y antepones
se encuadra el loco afán de enamorarte,
a ti, toda belleza, todo arte,
mas guardas la distancia, y antepones
un
gigantesco alud de contenciones
a tus propios deseos de colmarte,
de renunciar a todo, de entregarte
al placer que te impone condiciones.
a tus propios deseos de colmarte,
de renunciar a todo, de entregarte
al placer que te impone condiciones.
Al placer
sin igual que te requema,
pidiendo urgentemente una salida
al aire puro, al sol, también al viento.
pidiendo urgentemente una salida
al aire puro, al sol, también al viento.
Mas la
paciencia fue siempre mi lema,
y quisiera encauzar, amor, tu vida
al lecho de mi río turbulento.
y quisiera encauzar, amor, tu vida
al lecho de mi río turbulento.
Ángel.
....
III
Al lecho de
mi río turbulento,
velado por la paz del reconcomio,
llega tu imagen de ángel o demonio
en la meliflua voz de tu argumento.
velado por la paz del reconcomio,
llega tu imagen de ángel o demonio
en la meliflua voz de tu argumento.
Me hace
temblar el claro acercamiento,
la enervada pulsión de algún binomio
que nos lleva tan lejos del encomio
y tan cerca al fervor más irredento.
la enervada pulsión de algún binomio
que nos lleva tan lejos del encomio
y tan cerca al fervor más irredento.
Quiero
estrenar mi fe de profetisa
en la pira prohibida de tu altar
cual velamen que cede ante la brisa,
en la pira prohibida de tu altar
cual velamen que cede ante la brisa,
y mis labios
abrir de par en par,
sentirme del abismo en la cornisa
cuando viaja en mi piel tu paladar.
sentirme del abismo en la cornisa
cuando viaja en mi piel tu paladar.
Mardy
....
IV
Cuando viaja
en tu piel mi paladar,
se estremece mi ánimo dormido,
y tiembla como el pájaro en su nido,
como tiemblan las olas en el mar.
se estremece mi ánimo dormido,
y tiembla como el pájaro en su nido,
como tiemblan las olas en el mar.
En ese loco
afán de acariciar
tu cuerpo, mansamente redimido,
sin poder evitarlo yo me olvido
de mis antiguas ansias de volar.
tu cuerpo, mansamente redimido,
sin poder evitarlo yo me olvido
de mis antiguas ansias de volar.
De volar a
otros puertos, a otro mundo,
a otra extraña, posible dimensión,
donde un amor profano, más fecundo,
a otra extraña, posible dimensión,
donde un amor profano, más fecundo,
pueda hablar
el lenguaje perfumado
del florido jardín del corazón,
el que late en tu pecho enamorado.
del florido jardín del corazón,
el que late en tu pecho enamorado.
Ángel
......
V
El que late
en tu pecho enamorado,
amor, puesto por mí para tu boca,
es rezo que comulga en el pecado,
manantial que horadando va la roca.
amor, puesto por mí para tu boca,
es rezo que comulga en el pecado,
manantial que horadando va la roca.
¿Qué, alma
de lobo, en ti me hace capaz
de perderme en las fauces de tu furia,
de mi seno a tu sed de montaraz
ofrendarle en la más dulce lujuria?
de perderme en las fauces de tu furia,
de mi seno a tu sed de montaraz
ofrendarle en la más dulce lujuria?
Quiero rimar
mi cuerpo a tus razones
y beber de tu vino afrodisiaco,
celebrar al rozar tus dimensiones
ese triunfo de Venus sobre Baco.
y beber de tu vino afrodisiaco,
celebrar al rozar tus dimensiones
ese triunfo de Venus sobre Baco.
Si tu celo
es el grial de mi fortuna,
no me tengas, amor, piedad alguna.
no me tengas, amor, piedad alguna.
Mardy
.....
VI
No me
tengas, amor, piedad alguna,
mátame con tu ardor y desenfreno,
ahoga en mi garganta, con tu seno,
esta ansiedad brutal, inoportuna.
mátame con tu ardor y desenfreno,
ahoga en mi garganta, con tu seno,
esta ansiedad brutal, inoportuna.
Morir entre
tu pecho que me acuna...,
un fenecer tan dulce, tan sereno,
que con él muchas veces me enveneno
a la luz enfermiza de la luna.
un fenecer tan dulce, tan sereno,
que con él muchas veces me enveneno
a la luz enfermiza de la luna.
Esta lucha,
mi amor, es lucha eterna,
que al verso y a la cama nos concita,
una lucha tenaz, de pierna a pierna.
que al verso y a la cama nos concita,
una lucha tenaz, de pierna a pierna.
Mas yo
quiero llevarte a la infinita
paz, lejos del furor de la galerna,
a ese lugar en donde el alma habita.
paz, lejos del furor de la galerna,
a ese lugar en donde el alma habita.
Ángel
……
VII
A ese lugar
en donde el alma habita,
al más fúlgido lar de los confines,
tu amor, que me da vida y me la quita,
me lleva en su corcel de blancas crines.
al más fúlgido lar de los confines,
tu amor, que me da vida y me la quita,
me lleva en su corcel de blancas crines.
Revoloteas
en mí, me resucita
tu vuelo corporal por los carmines
senderos de mi cuerpo, se ejercita
en lúdico vaivén..., no, no culmines...,
tu vuelo corporal por los carmines
senderos de mi cuerpo, se ejercita
en lúdico vaivén..., no, no culmines...,
ofréceme tu
sombra que me abriga,
fecundiza la flor de mi cadencia,
agóbiame en tu lúbrica fatiga,
fecundiza la flor de mi cadencia,
agóbiame en tu lúbrica fatiga,
que solo
brote tras la turbulencia
el plácido caudal de tu sosiego...,
no me dejes de amar, yo te lo ruego.
el plácido caudal de tu sosiego...,
no me dejes de amar, yo te lo ruego.
Mardy
.....
VIII
No me dejes
de amar, yo te lo ruego,
ni ciegues el raudal de tu fontana,
porque es en sus entrañas donde mana
el agua cristalina de mi ego.
ni ciegues el raudal de tu fontana,
porque es en sus entrañas donde mana
el agua cristalina de mi ego.
Quiero
frenar mi ritmo de andariego,
y abrazarme con fuerza a la mañana,
para ver si tu llama se desgrana
y me va calcinando con su fuego.
y abrazarme con fuerza a la mañana,
para ver si tu llama se desgrana
y me va calcinando con su fuego.
Si me
quieres matar de indiferencia,
estás en tu derecho de mujer,
y puedes ejercerlo libremente.
estás en tu derecho de mujer,
y puedes ejercerlo libremente.
Mas recuerda
que, allende la conciencia,
donde la mente empieza a oscurecer,
nuestros destinos juegan sabiamente.
donde la mente empieza a oscurecer,
nuestros destinos juegan sabiamente.
Angel
.....
IX
Nuestros
destinos juegan sabiamente
sobre la quieta fronda donde queda
nuestro aroma en las sábanas de seda
y el beso que aderezas dulcemente.
sobre la quieta fronda donde queda
nuestro aroma en las sábanas de seda
y el beso que aderezas dulcemente.
Sobre el
sudor vencido de tu frente,
el fuego del crepúsculo se enreda...,
el corazón evita, absurdamente,
que la razón se imponga o interceda.
el fuego del crepúsculo se enreda...,
el corazón evita, absurdamente,
que la razón se imponga o interceda.
La madrugada
entrega la primicia
de un cielo que renace en esplendor...
Regreso de tu sueño al despertar;
de un cielo que renace en esplendor...
Regreso de tu sueño al despertar;
dejo partir
tu imagen, tu caricia,
como deja partir el pescador
aquel pez que se vuelve hacia la mar.
como deja partir el pescador
aquel pez que se vuelve hacia la mar.
Mardy
......
X
Aquel pez
que se vuelve hacia la mar,
en búsqueda eternal de su elemento,
nunca podrá olvidar ese tormento
de asfixiarse en el aire al respirar.
en búsqueda eternal de su elemento,
nunca podrá olvidar ese tormento
de asfixiarse en el aire al respirar.
Y lo mismo
que el pez, al abrazar
todo el azul del agua en movimiento,
yo te amaré de nuevo, yo te invento,
y nada dejo en manos del azar.
todo el azul del agua en movimiento,
yo te amaré de nuevo, yo te invento,
y nada dejo en manos del azar.
En un mundo
de gloria y pesadilla,
nos hemos instalado sin querer.
Especie de prisión, con guarda y reo.
nos hemos instalado sin querer.
Especie de prisión, con guarda y reo.
Mas, en tus
dulces sueños de chiquilla,
rescatas el ahora del ayer
pulsando cada tecla del deseo.
rescatas el ahora del ayer
pulsando cada tecla del deseo.
Angel
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 8
I
Divorcio
Insisto, mas
no veo por el fuego
ese vaivén
del ímpetu en la llama
que solo
habla de inviernos en la cama
si donde
había ahoras dices luego.
Perdona, si
a seguir así me niego
pues mi
sangre a tu cuerpo lo reclama
y para mí un
pilar cuando se ama
es no
olvidar el “dale que te pego”.
Ya sé, amor,
que lo minan tus achaques,
que me paso
tres pueblos de cansino,
pero obrando
con mimo en mis ataques
tan solo
afrento a tu “si va o si vino”,
volviendo a
ser del “tres con la que saques”,
de la mano
del vándalo más fino.
Juan
….
II
De la mano
del vándalo más fino
vibraré de
pasión como ninguna
y veré las
estrellas, una a una,
aunque a
veces te muestres tan cretino.
Tus
reproches son sólo un desatino,
ya sabes que
fluctúas con la luna
y quizás, si
la noche es oportuna,
te dejas
seducir por tu destino.
Y aquí
estoy, rebosante de pasión
esperando
los besos de tu boca
que recorren
mi piel acalorada.
No es
momento de hacerte el remolón,
ya sabes que
me vuelvo medio loca
cuando
siento el acero de tu espada.
Tere
……
III
“Cuando
siento el acero de tu espada”
solo me
suena a mítica canción
porque
cuando más te hundo el corazón
mucho más
prieta encuentro la hondonada.
Y es que te
gusta darme la estocada
cuando ya
está la cosa en defunción,
cuando no
queda rastro de pasión
tras
ahogarla con maña edulcorada.
Ya conozco,
cariño, tu arrebato,
esa furia
puntual de ardiente loba,
“que si
espérate, amor, voy en un rato”.
La cosa a
reventar y dando coba.
hasta saltar
al fin, presta, al boniato
cuando está
el pobre anclado en la joroba.
Juan
……..
IV
Cuando está
el pobre anclado en la joroba,
de igual
modo que encanto a una serpiente,
soplo notas
en tu flautín durmiente
y convierto
el boniato en una escoba.
Y ya ves, aun tratándome de boba
despierto en
ti una llama tan ardiente
que caes en
los delirios de un demente
e inundas de
gemidos nuestra alcoba.
Lo mejor es dejar nuestras rencillas.
Te propongo
que busques otras damas
que
despierten, por fin, tu extraño ego.
Yo me inclino por cosas mas sencillas,
como ver el
amor envuelto en llamas,
e insisto en
que tú no eres de fuego.
Tere
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 9
Acrosticaditos los dos
I
Cuando de
madrugada te ofreciste
Ansioso te
pedí ser mi pareja*,*
Meloso como el
novio que corteja
A su amada
-que tal me pareciste-
Reí con la
aquiescencia que me diste
Gracias mil
por ponérmelo en bandeja...
O tal vez me
merezca una colleja,
Ya siento
haberlo hecho con un chiste.
Rendido a
tus encantos y sumiso
Unamos
nuestras fuerzas creativas,
Felices
compongamos los sonetos.
Inicio yo a
escribir, con tu permiso,
Nuestro
idilio de sílabas furtivas;
Orgía de
cuartetos y tercetos.
Rufino
….
II - Idilio
entre sonetos
Orgía de
cuartetos y tercetos,
que harán de
este romance imaginario,
el tálamo
del verso entre bocetos
de un lúdico
proyecto literario.
Como una
enamorada, ¡no lo niego!,
y, ante la
sumisión que así me brindas,
hagamos de
este idilio nuestro juego
y broten los
sonetos cual celindas.
Que fluyan
las palabras como ríos,
y se enlacen
los versos como amantes,
que nos
llenen la piel de escalofríos
con sus
furtivas rimas embriagantes.
Desnudos de
pudores y atavíos...
que sean
nuestras plumas las garantes.
Mari Carmen
….
III -
Plenitud
Que sean
nuestras plumas las garantes
del vuelo
que emprendamos yuxtapuestos.
Escribamos,
pletóricos y honestos,
desnudos de
ropajes deslumbrantes.
Volvamos a
querernos como antes,
con versos
vergonzosos y modestos,
sin estos
intereses interpuestos,
huyendo de
poemas arrogantes.
Quiero
volver a ser el inmaduro
poeta que
una vez te enamoró
y que
sembró, en tus noches, la inquietud.
Que mira con
cariño hacia el futuro
en el que
existirá un “tú y yo”
volviendo a
revivir la juventud.
Rufino
…..
IV – Sin
Pudor
Volviendo a revivir
la juventud,
bajo el
manto celeste de los sueños,
donde solo
mis labios pedigüeños
apaguen de
los tuyos la inquietud.
Amarnos sin
pudor, en plenitud,
entre fuegos
y aromas almizcleños,
aunando los
fluidos salobreños
de tu piel
en mi piel, con celsitud.
Que sean
nuestros besos los que escriban
el más bello
poema nunca escrito
en el tul
marfileño del amor.
Que las
brisas del verso nos describan
ante la
inmensidad del infinito,
o en el aura
menuda de una flor.
Mari Carmen
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 10
EN TU BRECHA
AMÉLIE
(A AMELIA
BLANCHARD)
I
Reverdezco
de mi reseca rama
al grito de
la alegre primavera:
una mujer de
negra cabellera
que el aire
caribeño desparrama.
Me alienta a
resurgir de entre la grama
-levántate
ya y cruza la frontera,
tal vez
encontrarás una quimera
o quizá
quien te busque sea una dama.
Sin saber si
es un canto de sirena,
como el toro
que soy, y sé que he sido,
me
enfrentaré al destino ilusionado.
Me fugo de
esta odiosa cuarentena.
Atravieso el
Atlántico, atrevido,
y quedo en
Maracaibo a tu cuidado.
Antonio
........
II
Y quedo en
Maracaibo a tu cuidado,
allí donde
está el lago con su puente,
besados por
el sol resplandeciente
que en todos
mis poemas ha brillado.
Disfruto de
tenerte aquí a mi lado
las noches
en que el viento está silente,
cuando la
luna sale en su creciente
y el sol sin
sus rayitos se ha quedado.
Hay que
vivir el hoy y no el mañana,
sigamos
recorriendo más destinos
por si de mí
te apartas algún día.
Abierta
quedará nuestra ventana,
que siempre
mostrará nuevos caminos
sembrados de
esperanza y poesía.
Amelia
.......
III
Sembrados de
esperanza y poesía
miraremos
crecer la sementera
y, pasada
una vez la primavera
recoger la
cosecha en compañía.
Disfrutas de
tenerme a hora tardía
a tu lado.
-Tu negra cabellera
agarrándome
a ti, enredadera-.
Construyendo
nuestra cosmogonía.
Empiezo a
conocerte, y lo sé todo.
Todo cuanto
de ti quiero saber.
Poeta y
luchadora, eres mujer.
En cuanto a
mí, te amo ya, a mi modo,
Amelia a tu
lado me acomodo.
Contigo he
de soñar y amanecer.
Antonio
........
IV
Contigo he
de soñar y amanecer
en un jardín
de musas y de rosas,
te escogeré,
a ti, las más preciosas
porque a tu
lado quiero florecer.
El tiempo es
un morir y renacer,
crisálida
que teje mariposas,
es encontrar
el alma de las cosas
para poder
las cosas entender.
Estás aquí
sabiendo que ya existo,
que cantaré
contigo las canciones
en el vaivén
danzante de la brisa.
Me siento
tan feliz de haberte visto,
también
pueden mirar los corazones
si en el
latir del tiempo nunca hay prisa.
Amelia
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 11
Me miras y
te miro
I
Me gusta lo
que dice tu mirada,
se expresa de una forma tan divina,
el brillo que despide me fascina,
¡la mía me la tiene aletargada!
se expresa de una forma tan divina,
el brillo que despide me fascina,
¡la mía me la tiene aletargada!
Es fuego con
intensa llamarada
que cuando en mí se posa me ilumina
y a estar entre sus brasas me conmina
por ser angelical y descarada.
que cuando en mí se posa me ilumina
y a estar entre sus brasas me conmina
por ser angelical y descarada.
Me miras y,
enseguida, yo te miro
y, sin mirarnos mucho, nos miramos
aunque habitemos otros universos.
y, sin mirarnos mucho, nos miramos
aunque habitemos otros universos.
Me miras y,
enseguida, yo suspiro
y juntos y distantes suspiramos
al componer a dúo nuestros versos.
y juntos y distantes suspiramos
al componer a dúo nuestros versos.
Mauro
…….
II
Al componer
a dúo nuestros versos...
será como viajar a la utopía
donde la tentación y la osadía
conjuguen los vocablos más perversos.
será como viajar a la utopía
donde la tentación y la osadía
conjuguen los vocablos más perversos.
Y en la
pasión, volátiles, inmersos,
enlazando tu musa con la mía,
seré chispa en tu ardiente poesía
y del numen los cánticos dispersos.
enlazando tu musa con la mía,
seré chispa en tu ardiente poesía
y del numen los cánticos dispersos.
Y si acaso
algún verbo te provoca
o entre líneas delato mi deseo,
y mi mano atrevida te tantea.
o entre líneas delato mi deseo,
y mi mano atrevida te tantea.
Si notas mi
metáfora en tu boca
o la sensualidad de un bamboleo,
es la estrofa, mi amor, que te desea.
o la sensualidad de un bamboleo,
es la estrofa, mi amor, que te desea.
Luviam
Beatriz
……..
III
Es la
estrofa, mi amor, que te desea,
la que a la misma cama nos anuda,
su ritmo acariciante te desnuda
y quiero hacerte mía como sea.
la que a la misma cama nos anuda,
su ritmo acariciante te desnuda
y quiero hacerte mía como sea.
Permíteme,
oh Claudia, que posea
tu cuerpo que al soñarlo me demuda,
permíteme, por Dios, que te sacuda,
¡mi lengua por tu vientre se pasea!
tu cuerpo que al soñarlo me demuda,
permíteme, por Dios, que te sacuda,
¡mi lengua por tu vientre se pasea!
El verbo que
provoca es el amarte
en todas las posibles conjunciones
que pueda imaginar el pensamiento.
en todas las posibles conjunciones
que pueda imaginar el pensamiento.
Al cielo,
conjugada, he de llevarte,
y en todas las posibles posiciones
recorro con placer tu firmamento.
y en todas las posibles posiciones
recorro con placer tu firmamento.
Mauro
.....
IV
Recorro con placer tu firmamento,
en una alegoría voluptuosa
cabalgaré al delirio de la prosa
rendida a tu vigor férreo y hambriento.
.....
IV
Recorro con placer tu firmamento,
en una alegoría voluptuosa
cabalgaré al delirio de la prosa
rendida a tu vigor férreo y hambriento.
Idílico de
amor, será el momento
en que te implore, ávida y ansiosa,
que calmes esta sed libidinosa
que desatina, amor, mi sentimiento.
Y tú serás mi lírico indiscreto
que aludas el ardor de mis antojos,
y yo tu adicta musa enamorada.
en que te implore, ávida y ansiosa,
que calmes esta sed libidinosa
que desatina, amor, mi sentimiento.
Y tú serás mi lírico indiscreto
que aludas el ardor de mis antojos,
y yo tu adicta musa enamorada.
Y en el
virtual orgasmo del soneto
susurraré mirándote a los ojos:
" me gusta lo que dice tu mirada".
Luviam Beatriz
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
susurraré mirándote a los ojos:
" me gusta lo que dice tu mirada".
Luviam Beatriz
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 12
Cadena de
Sonetos
Epístolas
desde la distancia
Soneto 0
Hoy te
escribo, mi bien, por vez primera,
al tener la conciencia despejada.
Sé que fuiste una vez mi compañera
sosteniendo el amor en tu mirada.
al tener la conciencia despejada.
Sé que fuiste una vez mi compañera
sosteniendo el amor en tu mirada.
Una sombra
de gris melancolía,
acoplada a mis vanas ilusiones,
me recuerda la infame cobardía
de negarle el amor a las pasiones.
acoplada a mis vanas ilusiones,
me recuerda la infame cobardía
de negarle el amor a las pasiones.
Siendo ahora
rutina, y no ventura,
el transcurso implacable de las horas,
soy consciente del tiempo que he perdido.
el transcurso implacable de las horas,
soy consciente del tiempo que he perdido.
En esta
soledad que me tortura,
aislado y sin tus manos protectoras,
no quiero ser la presa de tu olvido.
aislado y sin tus manos protectoras,
no quiero ser la presa de tu olvido.
Marcos
……
I
Hoy te
escribo, mi bien, por vez primera,
después de tantos años de mutismo,
que marcaron mi piel en lenta espera
empujando la mente hasta el abismo.
después de tantos años de mutismo,
que marcaron mi piel en lenta espera
empujando la mente hasta el abismo.
Tal vez en
este instante, la manera
de sentirte se torne en fatalismo,
al creerme ratón en ratonera
por este microscópico organismo.
de sentirte se torne en fatalismo,
al creerme ratón en ratonera
por este microscópico organismo.
He meditado
mucho, sin embargo,
sobre la última etapa de mi vida,
y añoro aquella época dorada.
sobre la última etapa de mi vida,
y añoro aquella época dorada.
Creo posible
volver de este letargo
si ponemos afán en la salida,
al tener la conciencia despejada.
si ponemos afán en la salida,
al tener la conciencia despejada.
Inmaculada
……
Soneto II
Al tener la
conciencia despejada,
me cobijo en el vano pensamiento
de una luz tras la nueva madrugada
y me aferro al fulgor de este momento.
me cobijo en el vano pensamiento
de una luz tras la nueva madrugada
y me aferro al fulgor de este momento.
Es esta
soledad devastadora,
este páramo seco y olvidado,
quien carcome mi piel y me devora,
quien le cobra el peaje a mi pecado:
este páramo seco y olvidado,
quien carcome mi piel y me devora,
quien le cobra el peaje a mi pecado:
El precio
que me impone la desidia
por todos esos años de acomodo.
Si yo quisiera, amor, si yo quisiera
por todos esos años de acomodo.
Si yo quisiera, amor, si yo quisiera
llamarte
amor, amor, y no perfidia,
quizá todo sería de otro modo;
sé que fuiste una vez mi compañera.
quizá todo sería de otro modo;
sé que fuiste una vez mi compañera.
Marcos
…..
Soneto III
Sé que
fuiste una vez mi compañero...
¡Ay, amor, que arrasó para quedarse!
¡Ay, amor!, tan distante y tan certero
que depone las armas para armarse.
¡Ay, amor, que arrasó para quedarse!
¡Ay, amor!, tan distante y tan certero
que depone las armas para armarse.
Me puede la
ansiedad y el desespero,
noto este entorno cruel agigantarse
y, en mi delirio, anhelo el placentero
contacto de dos seres al amarse.
noto este entorno cruel agigantarse
y, en mi delirio, anhelo el placentero
contacto de dos seres al amarse.
Un roce, una
palabra connivente,
un apoyo o un cruce de opiniones.
¡Hambre de piel afín!, hambre atrasada.
un apoyo o un cruce de opiniones.
¡Hambre de piel afín!, hambre atrasada.
Seres nuevos
hablándose de frente,
complicidad, unión de corazones
sosteniendo el amor en su mirada.
complicidad, unión de corazones
sosteniendo el amor en su mirada.
Inmaculada
……
Soneto IV
Sosteniendo
el amor en su mirada,
me dices y, en diciéndolo, decides
que acuda a ti con ansia ilusionada.
Bien sé que acudiré si me lo pides,
me dices y, en diciéndolo, decides
que acuda a ti con ansia ilusionada.
Bien sé que acudiré si me lo pides,
y acudiré
contrito y renovado,
porque el infame virus que nos reta
no impedirá que olvide lo pasado
ni pierda lo que guardo en la maleta.
porque el infame virus que nos reta
no impedirá que olvide lo pasado
ni pierda lo que guardo en la maleta.
No tiene
excusa alguna mi egoísmo
cuando trunqué el amor por mis empeños.
Renovaré contigo mi alegría,
cuando trunqué el amor por mis empeños.
Renovaré contigo mi alegría,
aunque en el
fondo siga siendo el mismo.
No apagará la luz de nuestros sueños
una sombra de gris melancolía.
No apagará la luz de nuestros sueños
una sombra de gris melancolía.
Marcos
……
Soneto V
Una sombra
de gris melancolía
se introduce en mis venas por momentos;
¿Por qué te culpas tú?, también fue mía
la acción de esclavizar los sentimientos.
se introduce en mis venas por momentos;
¿Por qué te culpas tú?, también fue mía
la acción de esclavizar los sentimientos.
Con la
reiteración que presta el uso,
se instala el moho firme y lentamente,
es de justicia, pues; y yo me acuso
de no haberme esforzado suficiente.
se instala el moho firme y lentamente,
es de justicia, pues; y yo me acuso
de no haberme esforzado suficiente.
Ninguno
cambiaremos, es notorio;
se derrumba a la vez la humanidad,
¿Y si me calzo ahora los tacones,
se derrumba a la vez la humanidad,
¿Y si me calzo ahora los tacones,
regresando
al afán satisfactorio
de la primera y dulce realidad
acoplada a mis vanas ilusiones?
de la primera y dulce realidad
acoplada a mis vanas ilusiones?
Inmaculada
……
Soneto VI
Acoplado a
mis vanas ilusiones,
pensé que rompería con mi gesto
nuestras ya quebradizas relaciones;
dudé por un instante, soy honesto.
pensé que rompería con mi gesto
nuestras ya quebradizas relaciones;
dudé por un instante, soy honesto.
Dudé porque,
en verdad, no te conozco.
¡Maldito resquemor que me condena!
Obvié hacerte feliz, lo reconozco,
y acaso esa obviedad será mi pena.
¡Maldito resquemor que me condena!
Obvié hacerte feliz, lo reconozco,
y acaso esa obviedad será mi pena.
Pero ya no
lo dudo, tengo claro
que le abres una puerta a la esperanza
y con ello condonas mi agonía.
que le abres una puerta a la esperanza
y con ello condonas mi agonía.
No te
acuses, he sido yo el avaro;
y el peso de mi afrenta en la balanza
me recuerda la infame cobardía.
y el peso de mi afrenta en la balanza
me recuerda la infame cobardía.
Marcos
…….
…….
Soneto VII
Me recuerda
la infame cobardía
haberte meditado tanto, tanto,
que pospuse el hablarte cada día
para acabar la noche en puro llanto.
haberte meditado tanto, tanto,
que pospuse el hablarte cada día
para acabar la noche en puro llanto.
Fue muy difícil
acoplar quehaceres.
¡Qué ironía!, los hijos, que realizan,
tornan en madres siempre a las mujeres
y toda su energía centralizan.
¡Qué ironía!, los hijos, que realizan,
tornan en madres siempre a las mujeres
y toda su energía centralizan.
Necesitada
estaba de tu esmero,
yo siempre te soñé como un ensueño
cuyo sostén pendió de tus acciones.
yo siempre te soñé como un ensueño
cuyo sostén pendió de tus acciones.
Se hundieron
mis defensas bajo cero,
en derribo total por ese empeño
de negarle el amor a las pasiones.
en derribo total por ese empeño
de negarle el amor a las pasiones.
Inmaculada
…….
Soneto VIII
De negarle
el amor a las pasiones
soslayé que tus sueños eran míos,
como mías, también, tus ilusiones,
quisimos vadear los mismos ríos.
soslayé que tus sueños eran míos,
como mías, también, tus ilusiones,
quisimos vadear los mismos ríos.
Pero, ahora,
llegado este momento
en que el sol nos alumbra nuevamente,
no quisiera ocultarte lo que siento.
¡Cómo ansío abrazarte lentamente
en que el sol nos alumbra nuevamente,
no quisiera ocultarte lo que siento.
¡Cómo ansío abrazarte lentamente
y volver a
ese estrépito que añoras!
El rumbo cambiaré de mi destino,
no quiero ya lidiar con la amargura,
El rumbo cambiaré de mi destino,
no quiero ya lidiar con la amargura,
pero... ¡qué
lentas pasan hoy las horas,
porque no estás!, y sí que está el camino
siendo ahora rutina y no ventura.
porque no estás!, y sí que está el camino
siendo ahora rutina y no ventura.
Marcos
……
Soneto IX
Siendo ahora
rutina y no ventura,
y ahogando nuestro ardor en soledad,
te propongo el ahondar sin amargura,
cara a cara, buscando intimidad.
y ahogando nuestro ardor en soledad,
te propongo el ahondar sin amargura,
cara a cara, buscando intimidad.
Aquella
intimidad que quebrantamos
por una inmadurez empecinada,
es la misma que ahora deseamos
nos transporte del todo hasta la nada.
por una inmadurez empecinada,
es la misma que ahora deseamos
nos transporte del todo hasta la nada.
Un todo de
impotencia y abandono
deshecho, queda en nada. ¡Renazcamos
de cero!, ¡reinventemos las auroras!
deshecho, queda en nada. ¡Renazcamos
de cero!, ¡reinventemos las auroras!
Tan solo nos
separa un semitono,
nuestros seres se ansían, compartamos
el transcurso implacable de las horas.
nuestros seres se ansían, compartamos
el transcurso implacable de las horas.
Inmaculada
……
Soneto X
El
transcurso implacable de las horas,
en esta soledad que se eterniza,
sin oír tus palabras redentoras,
sin sentir tu calor, me intranquiliza.
en esta soledad que se eterniza,
sin oír tus palabras redentoras,
sin sentir tu calor, me intranquiliza.
Volveremos,
seguro, a ser amantes,
porque, ¿sabes?, conforman mis entrañas
la savia visceral de tus instantes:
el sustento vital de mis hazañas.
porque, ¿sabes?, conforman mis entrañas
la savia visceral de tus instantes:
el sustento vital de mis hazañas.
Queda menos,
mi cielo, queda poco,
apenas un suspiro entre los vientos.
¡Cómo añoro el rumor de tu latido!
apenas un suspiro entre los vientos.
¡Cómo añoro el rumor de tu latido!
Ayúdame a
olvidar este sofoco,
no te quiero ocultar mis sentimientos,
soy consciente del tiempo que he perdido.
no te quiero ocultar mis sentimientos,
soy consciente del tiempo que he perdido.
Marcos
……
Soneto XI
Soy
consciente del tiempo que he perdido,
con creces me propongo resarcir
y resarcirte, amor, como es debido,
ya que la vida está para vivir.
con creces me propongo resarcir
y resarcirte, amor, como es debido,
ya que la vida está para vivir.
Para vivir
en gozo está la vida,
y el gozo aumenta cuando, en siendo dos,
se funden en licencia compartida
potenciada después de algún adiós.
y el gozo aumenta cuando, en siendo dos,
se funden en licencia compartida
potenciada después de algún adiós.
Libre quedó
el hueco de tu esencia
y tu cuerpo en el lecho desolado.
Se ha tornado la noche tan oscura
y tu cuerpo en el lecho desolado.
Se ha tornado la noche tan oscura
que muere,
si le falta tu presencia,
mi corazón carnal y atribulado
en esta soledad que me tortura.
mi corazón carnal y atribulado
en esta soledad que me tortura.
Inmaculada
……
Soneto XII
En esta
soledad que me tortura,
me aferro a la cadenas del deseo
y evito el instalarme en la locura.
Tú tienes la virtud en la que creo.
me aferro a la cadenas del deseo
y evito el instalarme en la locura.
Tú tienes la virtud en la que creo.
Ya no están
los chiquillos en la casa
y se acerca, impertérrito, el poniente;
déjame entrar de nuevo en tu carcasa,
quiero volver a ser tu confidente
y se acerca, impertérrito, el poniente;
déjame entrar de nuevo en tu carcasa,
quiero volver a ser tu confidente
y encontrar
en tu cuerpo mi refugio;
ya no seré, mi bien, esa quimera
que se instala en los sueños donde moras.
ya no seré, mi bien, esa quimera
que se instala en los sueños donde moras.
No es excusa
ni nimio subterfugio,
ya no puedo vivir de esta manera,
aislado y sin tus manos protectoras.
ya no puedo vivir de esta manera,
aislado y sin tus manos protectoras.
Marcos
……
Soneto XIII
.
Aislada y
sin tus manos protectoras,
me encuentro como hoja expuesta al viento
en sacudidas crueles y traidoras,
que producen un hórrido tormento.
me encuentro como hoja expuesta al viento
en sacudidas crueles y traidoras,
que producen un hórrido tormento.
No soporto
un minuto sin unir
la ternura que siento a tu aflicción,
y la espera te busca hasta morir
en llamas inflamadas de pasión.
la ternura que siento a tu aflicción,
y la espera te busca hasta morir
en llamas inflamadas de pasión.
Maldigo de
este mal que nos maldice
al no poder saciar nuestros anhelos.
Tanto te quiero, tanto te he querido,
al no poder saciar nuestros anhelos.
Tanto te quiero, tanto te he querido,
que demando,
por siempre, se realice
en ti la compulsión de estos desvelos.
No quiero ser la presa de tu olvido.
en ti la compulsión de estos desvelos.
No quiero ser la presa de tu olvido.
Inmaculada
…..
Soneto XIV
No quiero
ser la presa de tu olvido,
ya salgo de este encierro, acaba el plazo;
volveremos a ser lo que hemos sido,
ansío tus caricias y tu abrazo.
ya salgo de este encierro, acaba el plazo;
volveremos a ser lo que hemos sido,
ansío tus caricias y tu abrazo.
Quiero
fundirme en ti, y eternamente.
Debo pagar con creces mis errores.
Mi eternidad en tu cuerpo y en tu mente,
porque eres el amor de los amores
Debo pagar con creces mis errores.
Mi eternidad en tu cuerpo y en tu mente,
porque eres el amor de los amores
que todas
mis pasiones ilumina.
Me desarma el cariño que trasmites
en tu audaz y enigmática manera
Me desarma el cariño que trasmites
en tu audaz y enigmática manera
-como una
aura de luz tenue y divina-
de mirarme. Y diré, si me permites,
hoy te escribo, mi bien, por vez primera.
de mirarme. Y diré, si me permites,
hoy te escribo, mi bien, por vez primera.
Marcos
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Construyendo
esperanza
I
Tal vez no
ves el sol plasmado en tu retina,
a lo mejor ignoras la impronta del pasado,
dormida, la ternura palpita al otro lado,
tal vez la incertidumbre tus pasos empecina
a lo mejor ignoras la impronta del pasado,
dormida, la ternura palpita al otro lado,
tal vez la incertidumbre tus pasos empecina
y tornas a
encontrarte tristeza en cada esquina,
porque duerme el silencio de frío acurrucado,
tal vez tiende las manos el verbo más callado
y de ritmo y poema, su esencia contamina
porque duerme el silencio de frío acurrucado,
tal vez tiende las manos el verbo más callado
y de ritmo y poema, su esencia contamina
Sí, tal vez,
es posible que no exista luz pura
entre el dolor pasado de tantas noches huecas
perdiendo la certeza y el suave mes que huyó
entre el dolor pasado de tantas noches huecas
perdiendo la certeza y el suave mes que huyó
o a lo
mejor, pudiera surgir de la clausura
el río de esperanza que mis manos resecas
fabrican intuyendo que al fin amaneció.
el río de esperanza que mis manos resecas
fabrican intuyendo que al fin amaneció.
Marisa
……
II
Fabrican, intuyendo que al fin amaneció,
mis manos constructoras, dolientes y cansadas,
castillos en el aire con nubes azuladas,
donde a un viejo arcoíris el tiempo ya borró
cual se borra el cariño herido por los años,
aunque muchos me digan que el afecto no muere,
si se quiere de veras; si de veras se quiere,
se puede hacer la lucha para enmendar los daños.
Y, con el nuevo día, la esperanza renace,
y llega un aire fresco para recomenzar.
Con la naciente Diana nos llega un nuevo reto,
pues nueva es la mañana y en ella siempre yace
una fuerza infinita que nos invita a amar,
con amor verdadero basado en el respeto.
Luis Salvador
Fabrican, intuyendo que al fin amaneció,
mis manos constructoras, dolientes y cansadas,
castillos en el aire con nubes azuladas,
donde a un viejo arcoíris el tiempo ya borró
cual se borra el cariño herido por los años,
aunque muchos me digan que el afecto no muere,
si se quiere de veras; si de veras se quiere,
se puede hacer la lucha para enmendar los daños.
Y, con el nuevo día, la esperanza renace,
y llega un aire fresco para recomenzar.
Con la naciente Diana nos llega un nuevo reto,
pues nueva es la mañana y en ella siempre yace
una fuerza infinita que nos invita a amar,
con amor verdadero basado en el respeto.
Luis Salvador
…..
III
Con amor verdadero basado en el respeto
afronto cada sueño y cada desafío,
la cruda desbandada y el traicionero estío,
la hiel de las palabras, el yugo que someto
porque nos abracemos en este desvarío
y sean nuestros dedos abrigo tuyo y mío,
calor que precisamos sin lágrima o secreto.
Con amor y cariño, despojados de rabia
y de los egoísmos con que el Mundo nos viste
tratamos de besar el cáliz terrenal
Allá donde las pieles se funden en la savia
del árbol que florece, del tronco que resiste,
la pasión que nos mece triunfante e inmortal.
Marisa
Con amor verdadero basado en el respeto
afronto cada sueño y cada desafío,
la cruda desbandada y el traicionero estío,
la hiel de las palabras, el yugo que someto
porque nos abracemos en este desvarío
y sean nuestros dedos abrigo tuyo y mío,
calor que precisamos sin lágrima o secreto.
Con amor y cariño, despojados de rabia
y de los egoísmos con que el Mundo nos viste
tratamos de besar el cáliz terrenal
Allá donde las pieles se funden en la savia
del árbol que florece, del tronco que resiste,
la pasión que nos mece triunfante e inmortal.
Marisa
……
IV
La pasión
que nos mece triunfante e inmortal,
naciente de la entraña de la amistad sincera,
hace que disfrutemos incluso una quimera
bajo la suave brisa y el sol primaveral.
Rogamos al maestro del Coro Celestial
que nunca nos separe la mano traicionera
y caminemos juntos por la verde pradera
al encuentro de ambos, en amor fraternal.
Que viva la esperanza, la amistad, la alegría,
y enfrentemos la vida con sus dificultades,
con los zapatos puestos sin miedo al detractor.
Y, emprendiendo la lucha que trae el día a día,
haremos que se abran las posibilidades
de resembrar al mundo con semillas de amor.
Luis Salvador
naciente de la entraña de la amistad sincera,
hace que disfrutemos incluso una quimera
bajo la suave brisa y el sol primaveral.
Rogamos al maestro del Coro Celestial
que nunca nos separe la mano traicionera
y caminemos juntos por la verde pradera
al encuentro de ambos, en amor fraternal.
Que viva la esperanza, la amistad, la alegría,
y enfrentemos la vida con sus dificultades,
con los zapatos puestos sin miedo al detractor.
Y, emprendiendo la lucha que trae el día a día,
haremos que se abran las posibilidades
de resembrar al mundo con semillas de amor.
Luis Salvador
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 14
.
A LAS
PUERTAS DEL PARAÍSO. Quieren ser como un eco ampliado de los versos de nuestro
querido Miguel Hernández en su Cancionero y Romancero de ausencias:
Después del
amor, la tierra.
Después de
la tierra, nadie.
A LAS
PUERTAS DEL PARAÍSO
SONETO I —
ADIÓS AL PARAÍSO (Reyes Ferrándiz)
Toca decir
adiós al Paraíso;
si un ángel
nos empuja a la salida,
ahogaremos
la lágrima escondida
en un dolor
profundo e impreciso
Nos urge
establecer un compromiso
con la
tierra que cubre nuestra huida
y apostar
decididos por la vida
que se nos
viene encima de improviso.
Fuera bulle
impaciente un nuevo mundo
multicolor,
desnudo, todo nuestro:
cielos,
montes y selvas, sin murallas.
No cedamos
al llanto ni un segundo
que aumente
la inquietud de este siniestro;
nos queda un
mar azul roto en mil playas.
........
SONETO II —
RENACIENDO DEL FUEGO (Isabel Martínez)
Nos queda un
mar azul roto en mil playas,
de una
tierna blancura adolescente,
nos calma
este dolor con su rompiente,
levantando
de espumas atalayas.
Magmas que
abren camino entre las fallas
en ágil
escalada comburente,
libres ya de
temores, en torrente,
con ansia de
brindar fuego en batallas,
nos
proclaman amantes sin remedio,
prófugos de
planetas desahuciados,
alazanes que
vuelan ya sin bridas.
Tercos
supervivientes del asedio,
erremos
hacia edenes codiciados,
robinsones
de tierras prometidas.
.........
SONETO III —
JUNTOS (Reyes Ferrándiz)
Robinsones
de tierras prometidas,
dos bocas
compartiendo voz y aliento;
roce de piel
a piel, medicamento
balsámico
que besa las heridas.
Lejos ya
tentaciones de suicidas,
apriétate a
mi lado y, cara al viento,
encuentra en
mi pasión el argumento
de nuevas
esperanzas presentidas.
Con voz de
niño y ojos de sorpresa,
pondremos
alma y nombre en cada cosa:
paloma,
fuego, lluvia, río, beso...
Juntos
—socios y amantes—en la empresa,
haremos con
amor, de espina en rosa,
una senda
infinita y sin regreso.
.........
SONETO IV —
EL SALTO (Isabel Martínez)
Una senda
infinita y sin regreso
me marca tu
presencia seductora;
mis pasos,
abducidos, sin demora
concluyen en
pasión que cala el hueso.
Bajo el
borde caliente de mi peso,
en simétrico
salto hacia la aurora,
multiplico
tu dicha por mi ahora,
procuro que
mi amor te quede impreso.
Si después
de abrazarte están tus poros
supurando mi
líquida condena;
si anhelas
repicar entre mis coros
mientras
rompen tus manos mi cadena,
mis labios
como ardientes meteoros
repetirán
volcanes de cayena.
.......
SONETO V —
VENA A VENA (Reyes Ferrándiz)
Repetirán
volcanes de cayena
la dicha que
he soñado tantas veces,
en la sacra
liturgia en que apareces
ante mí con
fulgor de luna llena.
Recorreré tu
cuerpo y, vena a vena,
de caricia
en caricia, amor, con creces
te
alcanzarán mis manos y mis preces
como
explotan las olas en la arena.
Cuando la
noche vaga entre las sombras,
un insomne
destello en tu mirada
me atrapa en
su insinuante parpadeo...
Es música tu
voz. Cuando me nombras,
el latido en
mi piel enamorada
me agiganta
las alas del deseo.
.....
SONETO VI —
SUSPENSIÓN DEL SENTIDO (Isabel Martínez)
Me agiganta
las alas del deseo
un ansia que
desprecia lo binario
y, en
prodigioso rito carcelario,
funde
derrota, lucha y escarceo.
Suspende mis
sentidos, balbuceo;
sucumbo en
ese anhelo milenario
y olvido que
existía un calendario,
cegada por
gozar de cuanto veo.
Cómo podré
sanar de esta manía
si el
remedio es a un tiempo mi locura
y practicar
mejora la teoría.
Si tu amor
es la herida que supura
y no logro
cerrarla por más vía
que aplicar
en la piel la calentura.
.......
SONETO VII —
DE AMAPOLA EN AMAPOLA (Reyes Ferrándiz)
Aplicar en
la piel la calentura,
el latido
febril, la mano suave,
e intentar
comprobar cuánto amor cabe
en esta
noche nuestra tan oscura.
Y otra vez
el amor, que me procura
la razón de
vivir, me da la clave
de una
ilusión… Mi corazón lo sabe
cuando rompe
prejuicios y censura.
Al grito de
la sangre, satisfecho,
he jurado
ante el dios de las cavernas
que jamás en
la vida andarás sola.
Desde la
cumbre tersa de tu pecho
hasta el
húmedo valle de tus piernas,
voy a ti de
amapola en amapola.
.....
SONETO VIII
- CON EL ALBA (Isabel Martínez)
Voy a ti de
amapola en amapola,
ignorando el
absurdo desacato
del insecto
que liba todo el rato
vergel con
cuya gula él mismo asola.
Ávida lo
consumo y me arrebola
el néctar
que me ofreces, de inmediato;
para
orientar tu sed a mi regato,
como abeja
dibujo una cabriola.
Ensayar con
mis llamas en tu fuego
para aplicar
la danza que nos salva
confieso la
mejor coreografía.
Me obligo a
soportar el desapego
—como
practican sombras con el alba—
cuando
extirpas de mí tu geografía.
.....
SONETO IX -
ABRAZO (Reyes Ferrándiz)
Cuando
extirpas de mí tu geografía,
traspaso, en
mi delirio, tu frontera
—todo es
abril y todo primavera—
escalando
peldaños de utopía.
Y, en este
amanecer de fantasía,
circundo con
mis brazos la quimera,
floral y
constrictora enredadera
en torno a
tu virtual anatomía.
Y da, por ti
y en ti, la tierra frutos;
y germinan
semillas y sudores
en el fértil
jardín de tu regazo,
y un iris de
celestes atributos
va
enmarcando en su cénit de colores
el feliz
contraluz de nuestro abrazo.
.....
SONETO X -
INSUMISOS - Isabel Martínez
El feliz
contraluz de nuestro abrazo
alumbra en
paradójico camino
los sueños
con que cumplo mi destino,
porque
amarte es el rumbo que me trazo.
No me duele
contigo el cruel zarpazo
con que se
nos incrusta lo dañino;
me transmuto
en un ser casi divino,
inmune y
voladora, de un plumazo.
Te arrastro
en mis paseos verticales
—estrecho
siento el mundo si lo piso—
a eróticos
encuentros siderales
con los que
te convierto en insumiso
de esa ley
que se impuso a los mortales:
toca decir
adiós al Paraíso.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Nº 15
Irene Esther Gutiérrez y Juan Miguel Portillo
I
En tu cerro
No supe que
existías, pero un día
el destino
te puso en mi camino;
el camino de
rosas se torcía,
y mi ser
encontraba el ambarino
color de la
belleza de su verso.
Hoy por el
cerro vuela en libertad,
quiero
envolver mi cuerpo en su universo
aunque el
viento me brame sin piedad.
Nuestros
cuerpos desnudos, frente a frente,
en ese
bosque inmenso y tan profundo.
¡Cómo has
colonizado ya mi mente!
Creciendo mi
interés por tu amplio mundo
que será
como un sueño que no miente
y roba el
corazón en un segundo.
Irene
….
II
Y roba el
corazón en un segundo
tu verso
claro al loco penitente,
que aunque
ha colonizado ya tu mente,
aún se
siente un extraño vagabundo.
Quiero
invitarte a entrar en mi palacio,
que está en
el cerro donde el verso habita.
Y quiero
deshojar la margarita
que hay en
tu sexo,lento...muy despacio.
Quiero
envolver tu cuerpo y protegerte;
y sentir tu
humedad entre mis dedos.
Quisiera
liberarte de los miedos
que pueda
provocar el viento fuerte.
Acércate a
mi piel...será una suerte...
Ahora,lo
demás, me importa un bledo.
Juan Miguel
……
III
En el olmedo
Ahora lo
demás me importa un bledo,
que el suave
viento roce nuestra piel
flotando en
la neblina del olmedo,
sintiendo la
humedad, tu dulce miel.
Que la
profundidad de tu vigor
se difunda
en mi cárcel honda, oscura,
penetre con
pasión y sano ardor
y siempre
eterna sea tu bravura.
Apacigües mi
sed de amor ardiente,
desaparezca
el miedo atroz que siento,
que vivamos,
amor, contracorriente.
Con pasión
lanza el fuego sin aliento,
y en medio,
del olmedo, cual demente
acaricia mi
cuerpo tan sediento.
Irene Esther
….
IV
Acaricia mi
cuerpo tan sediento
tu voz
sensual mientras que me preparo
a penetrarte
sin remordimientos
y sin hallar
en ti ningún reparo.
Entre los
olmos, bajo la neblina,
me adentraré
en tu cuerpo cuanto antes;
y la brisa
de viento vespertina
ocultará el
ardor de los amantes.
Ya noto cómo
fluye mi torrente.
Tendrás que
perdonar mi mano fría,
que ya se
tornará luego caliente.
Exhausto de
pasión y poesía,
encontraré
en tu boca el aliciente
para
desembocar en tu bahía.
Juan
Miguel
……
V
En la bahía
Para
desembocar en tu bahía,
sobre la
espuma blanca de las olas
del mar, un
tibio baño, tú y yo a solas,
tus besos en
mi cuerpo yo sentía.
Nos envolvía
el día con su manto
y el rojo
incandescente del placer
tan fuerte y
arrogante, de tu ser,
de la miel
de tus labios con mi llanto.
Atrapado en
mi red, nunca te irás
y exhausto
caerás en mi torrente,
ya no podrás
salir de esa obsesión,
de este
dulce embeleso, tú serás,
el eterno
galán que está en mi mente,
perdido para
siempre en la pasión.
Irene
Esther
…..
VI
Perdido para
siempre en la pasión,
me quedaré
en tu boca prisionero
y bailaré
contigo al mismo son
disfrutando
el ocaso placentero.
No escaparé
al imán de tu mirada;
nada me
librará de ser obseso.
No tengo
escapatoria preparada
para la
telaraña de tu beso.
Entrenado,
sediento y prevenido
para
encontrar con precisión exacta
el epicentro
de tu terremoto.
Volando por
el mar de tu alarido
mi dardo te
saluda cuando impacta
como una
avispa en una flor de loto.
Juan Miguel
…..
VII
En una flor
Como una
avispa en una flor de loto,
te siento en
celo eterno y la agonía
de tu río me
lleva a la alegría
del universo
en cuyas nubes floto.
Salvaje que
no cesa, no descansa,
acechando su
presa jadeante,
incisivo se
vuelve en ser brillante
cuando su
amada llega se remansa.
Flor de loto
de día y en penumbra
transformada
en tigresa merodeo,
busco en la
oscuridad de la espesura.
La luz de tu
mirada me deslumbra,
del rastro
de tus huellas me rodeo
esperando tu
fuego y tu dulzura.
Irene
……
VIII
Esperando tu
fuego y tu dulzura
y con la
vista puesta en tu barranco.
Esperando
impaciente -si soy franco-
a que me
encuentres en la noche oscura.
Sueñas con
el dragón y con su furia...
Sé que te
guiarás por las estrellas.
Ya he
marcado el terreno con mis huellas
y te acecho
borracho de lujuria.
La paz de la
espesura me regala
la opción de
reposar en tu regazo
y me
convierte en tigre de bengala
cuando me
recupero a corto plazo.
Mi felina
jadea, brinca, exhala
mientras que
yo le doy otro zarpazo.
Juan
Miguel
…..
IX
En la
guarida
Mientras que
yo le doy otro zarpazo,
porque soy
cruel felina, con fiereza,
con mi garra
en tu cuerpo, en la maleza,
como bestia
me fundo en un abrazo.
Sedienta de
deseo e impaciente
en mi
guarida espero oler tu rastro
invadiendo
tu sexo, dorado astro,
que ruge
como fiera incandescente.
Por mis
entrañas corren mil gemidos,
al tiempo
que anochece, desvarío,
del disfrute
me quemo y tu piel beso.
Sintiendo
circular tus dulces fluidos,
en mi
interior el éxtasis ansío
y te llamo
esperando tu regreso.
Irene
……
X
Y te llamo
esperando tu regreso
y el tiempo
que transito se eterniza...
Haces
descarrilar mi tren expreso;
tu fuego me
reduce a la ceniza.
Pero me
recompones los pedazos,
me sanas y
me colmas de energía
si te fundes
conmigo en un abrazo.
Eres la luz
que me ilumina el día.
Voy a apagar
la sed de tu deseo.
Voy a ser el
guardián de tu guarida.
Saldrás de
esta batalla victoriosa
cuando
quedes expuesta al bombardeo.
Quedarás a
mi sexo, sometida,
semen,
sangre, sudor, saliva y rosas.
Juan Miguel
…..
XI
Guardián de
secretos
Semen,
sangre, sudor, saliva y rosas,
la realidad
perdió el norte en mi vida,
en mi
tiempo, en mis manos absorbida,
y con
fuertes caricias ardorosas.
Tus ojos
azabache, tormentosos
me miran
como el sol del universo,
siento que
me destrozas en mi inmerso,
con tu boca
en mis labios calurosos.
Y me dices
que esperas mi regreso
y que el sol
en mi vida tu serás
reflejado en
el mar de mis placeres.
Por hacer
mil locuras estás preso,
amor mío, en
mi noche tu serás
guardián de
los secretos si tu quieres.
Irene
…..
XII
Guardián de
los secretos, si tú quieres...
Guardián de
tu guarida y de tu piel.
Susurraré en
tu oído si prefieres
cambiar mi
voz por tinta en el papel.
Rojizo sol
de mis atardeceres,
prometo no
dejar de serte fiel
-que ya no
me interesan más mujeres;
me modelaste
ya con tu cincel-.
Guardián de
los estambres de tu flor,
de los
racimos que hay en tu viñedo,
de tu sexo
insaciable, tu poesía...
Sea el cielo
testigo de este amor.
Yo te amaré
en el cerro, en el olmedo,
en la verde
espesura, en la bahía.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Grupo Poético: Malditos Bastardos