viernes, 10 de agosto de 2018

Cuentos al revés



(Romances Heroicos)


I
.
OTRO MUNDO
.
Al cesar el aullido de los vientos,
la niña de los ojos almendrados
se encontró sola y triste en un lugar
con fantásticos seres solitarios.
En el camino vio un león cobarde,
vio un atolondrado espantapájaros
y a un hombre de recortes de hojalata.
Todos juntos, y asidos de la mano,
saltaron por las piedras amarillas
y llegaron a Oz a ver al mago.
La niña le rogó con insistencia
el retorno a su hogar y a su trabajo.
Él le dio unos zapatos prodigiosos
porque fuera por el camino exacto,
porque corriera aprisa tras su anhelo,
porque venciera todos los obstáculos.
La niña, con carácter y premura,
taconeó con brío sus zapatos,
se internó en el horror, venció al olvido…,
y llegó al dulce hogar casi al ocaso.
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Belén Torres
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……………………..
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II
.
CAPERUCITA FEROZ
.
Oí temblar a todo el mundo ayer,
contando cuentos, cuando fui la niña
de trenzas enroscadas impolutas,
con alma oscura y sedas amarillas.
Con oro recubrieron mi fachada,
diciendo cosas que eran las mentiras
de un pueblo señalado por leyendas
que acaban amargándote la vida.
Gemían al sentir su aullido seco,
debajo de sus camas se escondían,
tan solo yo soñaba con el lobo,
calada con su lengua tan lasciva
que el hielo se deshizo ya en mi vientre,
mis propias mariposas me desvirgan.
Vestida en rojo, al huerto lo llevé,
allí quité la piel de su camisa,
con una cesta llena de mis dulces,
carmín de fuego ardiendo en la boquita
y, mientras devoraba cada palmo
bebía las esencias de mi tinta.
Con ella escribiré relatos ácidos
o historias de carácter moralista.
.
Antonio Román Quesada
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………………………….
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III
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El cuento del Bufón
.
Permitidme entonces la aquiescencia,
diligente de mí, paria y muñeco,
bufón de iridiscentes malotajes,
en tráfago de hieles como necio
os cuente de mis idas y venidas
del palco a la taberna y al infierno
que en todas ocasiones y batallas
reluce la luciérnaga del genio.
Mi amo, es nadie y tal lo reconozco,
mi vida es un albur de ronco acero
y es tanta mi sapiencia en arte suma
que guardo ante el gentío, hosco silencio,
yo tengo para mí, en hora tras hora,
la escala de cartones y esperpentos
que mide a los valientes y cobardes
parleros por la boca y no los hechos.
En fin que la osadía y la penumbra
repiten mis hazañas y en el eco
de todas las tristezas conocidas
se elevan como norma mis conceptos.
.
Enrique Sabaté
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……………………………..
.
IV
.
Romance heroico y ominoso

En la mítica sierra de Moguru,
donde dicen que mora el vil espectro
del fatídico y pérfido arquetipo
del espanto, ocurrieron los sucesos,
la funesta aventura que os relato
y se pierde en el cómputo del tiempo.
De los lúgubres ecos de la historia
nos llegó la odisea del siniestro
taumaturgo Efrenérides Indignus.
En las noches sombrías del invierno,
un fulgor ominoso y alarmante
descendía del Monte del Destierro
y, con él, el aroma del azufre
se esparcía, mecido por el viento,
por los prados, los bosques y los sotos,
y bajaba hasta el Río del Silencio.
Un espasmo genérico y rotundo
sacudía el espíritu del pueblo
do habitaba la hermosa Bellalinda.
El futuro teñíase de negro,
y el Oráculo eterno de los dioses
auguraba catástrofes y miedos
bajo el hórrido hedor de los demonios.
Pero un hombre cabal y circunspecto,
fértil, íntegro, atlético y honrado:
el herrero, Vorágines el Griego,
vencería al maligno Nigromante
con la ayuda de Mágnimus el Viejo,
y obtendría el amor de la doncella,
rubricando el enlace con un beso.
.
Marcos Circenses
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V
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Cenicienta
.
Ella era una niña muy corriente,
le gustaba jugar con otras niñas,
conversar con los viejos de su barrio,
estudiar y aprender cuanto veía.
Soñadora inocente, como todas,
disfrutaba de cuentos y mentiras,
y esperaba la hora de su estrella
con la cuenta de agujas, regresiva,
de un instante impreciso en su camino
donde el cielo y la tierra se unirían.
Desde chica predijo ese momento
y la fe la perdió con cada herida.
Al cigarro le dio su palidez
por un poco de juego y de ceniza,
y sintió que se hacía Cenicienta
como el fuego que muere si se aísla;
sin final, porque no existe tal cosa,
sin morir, porque el cuento no termina.
Pero un día de luces invisibles
notó el cielo asomado en su camisa,
y la tierra temblaba en sus montañas
con el sueño rogando de rodillas
congelar el segundo en sus zapatos
de cristal, con tacones como prismas,
para hacer arco iris de colores
con palabras que busquen ser escritas.
.
Helena Restrepo
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VI
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Blancanieves
.
Se sabía la reina más hermosa
y aún así se miraba en el espejo
preguntando si había alguien más bella
en los vastos confines de su reino.
El cristal respondió con amargura,
que una joven, con ojos de lucero,
a quien todos llamaban Blancanieves,
la ganaba en belleza sin remedio.
La muchacha temiendo por su vida
se escondió en el bosque, por un tiempo,
y encontró una casa confortable,
donde al fin relajar sus pobres huesos.
Allí dentro era todo diminuto,
del tamaño de algún niño pequeño,
y rendida cayó sobre las camas
acunada en los brazos de Morfeo.
Despertó rodeada de enanitos,
unos seres graciosos y muy tiernos,
que le dieron cobijo desde entonces,
protegiendo su vida con esmero,
hasta el día en que un príncipe valiente
la sacó de sus sueños con un beso
y vivieron felices y encantados
ocultos en las páginas del cuento.
.
Tere Bas
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VII
.
Heidi se sale
.
Dicen que soy feliz en la montaña…
¡No sé quién se inventó tamaño cuento!,
pues me muero de frío aquí en los Alpes,
y me abruma la calma y el silencio.
Estoy hasta la misma coronilla
de aguantar al coñazo del abuelo,
que se bebe el coñac de un solo trago,
y ni por caridad me deja olerlo….
Y, mientras él se duerme calentito,
yo pego tiritones en el lecho,
añorando los días de calor
y esperando que venga pronto el sueño,
para soñar que estoy en el Caribe
y que surco los mares en velero,
pues ya no aguanto más tanta nevada
ni el ir de un lado al otro en un trineo…
Y encima, para colmo de los colmos,
me ha tocado “La Loto” con el Pedro,
que se pasa los meses y los días
contando que te cuenta sus borregos.
Y ya, para más inri de más inri,
la inválida Clarita y hasta el perro…,
-que bien podían llamarlo: “Solecito”,
y “Niebla” al pobrecito le pusieron-.
Menudo porvenir se me presenta,
¡menudo panorama es el que tengo!
Como no me espabile, voy de culo…,
y con esta penuria no me quedo.
De un plumazo me quito el sambenito,
-no va a quedar de Heidi un solo pelo-,
que ya son muchos años aguantando,
y bailando y cantando y sonriendo;
con esos coloretes en mi cara,
me tienen atacada y de los nervios.
Que se queden las nieves donde están,
y que se quede el perro con el viejo;
que el Pedro cuide ahora de Clarita
y que el rebaño trisque por sus fueros.
¡Adiós, adiós!, me salgo de la historia
y no pienso volver, ¡ya no hay remedio!
Pasé toda mi vida entre estas páginas,
y, ya que me escapé, no valen ruegos…
Estoy de puta madre aquí en la playa,
al lado de un gachó guapo y moreno.
.
Carmen Aguirre
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Grupo: "Malditos Bastardos" 9/8/2018

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