(Corona de Sonetos Alejandrinos)
Soneto 0
De siempre los poetas han glosado a la rosa,
olvidando que existen diversidad de flores
que engalanan la tierra, de forma primorosa,
dejando entre el verdor sus radiantes colores.
El jazmín es estrella, de claror alunado,
y junto al azahar nos dona su blancura,
mientras que la azucena deja el aire aromado
con el nítido aroma de su esencia más pura,
Anémonas azules, y camelia rosada ,
airosos pensamientos danzando al mismo son;
la tímida violeta, entre hojas arropada,
y los rojos claveles de amorosa pasión…
La humilde margarita, la eterna deshojada,
luciendo entre sus pétalos un sol por corazón.
Carmen Aguirre
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Soneto Nº 1
De siempre los poetas han glosado a las rosas,
la deidad absoluta por su esencia de nieve
infinita y perfecta, bello adorno de diosas,
beso efímero y frío de su pétalo breve.
El cantor presuroso se transforma en ceniza
en las ascuas del verso que encadenan lo extraño
en el fuego del mundo la mañana cobriza
del solar a la arena, atrapado en el daño.
El poeta repite un murmullo vacío
en el curso del agua, su dolor impaciente
del que culpa a unos ojos, amarillos, traidores.
El poeta se aleja en las tardes de frío
cada vez más sonoro, cada vez más ausente,
olvidando que existen diversidad de flores.
Enrique Sabaté
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Soneto Nº 2
Olvidando que existen diversidad de flores,
hoy te envío los cardos de mis sueños en ruinas;
ya calmadas mis ansias, libres ya mis temores,
me he arrancado del alma de tu amor las toxinas.
Tantas noches sufriendo en agónica espera,
extrañando tu aroma, tu calor, tus excesos...,
viendo que me traías la fresca primavera
para disimular las huellas de otros besos
que, afortunadamente, puse fin a este asunto
con tierra de por medio, litigios y poderes,
porque entre tus jardines no me sentí dichosa.
Siento que al fin soy libre... Tan solo me pregunto
cómo pude quererte habiendo tantos seres
que engalanan la tierra de forma primorosa.
Belen Torres.
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Soneto Nª 3
Que engalanan la tierra de forma primorosa”
es el verso inicial que me ha dejado Carmen
es, sin duda, complejo, pero no se me alarmen
que saldré a lo Violante, si no, invento otra cosa.
Coincido con la idea que expone en el soneto,
la rosa le ha robado todo el protagonismo
al resto de las flores, si hasta incluso ahora mismo
escribo sobre ella y a su ley me someto.
Buscad entre las flores, sin mayores complejos,
y atendiendo a su aroma, a su aspecto o presencia,
que cada cual escoja la flor de sus amores.
Entre todas prefiero la del cardo, de lejos,
cuando el sol ilumina su bella inflorescencia
dejando entre el verdor sus radiantes colores.
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Soneto Nªº 4
Dejando entre el verdor sus radiantes colores
la bella primavera lucía renovada,
y el trinar armonioso de pájaros cantores,
anunciaban inquietos su valiosa llegada .
Soneto Nªº 4
Dejando entre el verdor sus radiantes colores
la bella primavera lucía renovada,
y el trinar armonioso de pájaros cantores,
anunciaban inquietos su valiosa llegada .
El perfume
de abril ; nardos , violetas , rosas...
La fronda engalanada lucía su atavío,
y hundiéndose en los pétalos, sedientas mariposas
buscaban impacientes las gotas de rocío.
La fronda engalanada lucía su atavío,
y hundiéndose en los pétalos, sedientas mariposas
buscaban impacientes las gotas de rocío.
Y
transcurrió el reloj, porque nada es eterno;
ni la roca ni el árbol, ni el tiempo ni la flor.
Mas, qué importa otro otoño si tu estás a mi lado...
ni la roca ni el árbol, ni el tiempo ni la flor.
Mas, qué importa otro otoño si tu estás a mi lado...
Si tú estás
a mi lado no acontece el invierno,
y en el cielo perpetuo donde brota el amor
el jazmín es estrella de claror alunado
Luviam Beatriz
y en el cielo perpetuo donde brota el amor
el jazmín es estrella de claror alunado
Luviam Beatriz
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Soneto Nº 5
El jazmín es estrella de claror alunado
en un cielo vestido con su traje rojizo,
con flores del espíritu tanto tanto he soñado
que cuando me despierto mi llanto cristalizo.
Soneto Nº 5
El jazmín es estrella de claror alunado
en un cielo vestido con su traje rojizo,
con flores del espíritu tanto tanto he soñado
que cuando me despierto mi llanto cristalizo.
Inquietos
son los tiempos que cierran el dosel
y huelen a los crepúsculos sublimes y supremos
que llegan entre pasos que erizan a la piel
con ramos de claveles y blancos crisantemos.
y huelen a los crepúsculos sublimes y supremos
que llegan entre pasos que erizan a la piel
con ramos de claveles y blancos crisantemos.
Eterno
sentimiento de la melancolía
con luz de las corolas que al final nos renueva
entre la clara aureola y la extraña mesura
con luz de las corolas que al final nos renueva
entre la clara aureola y la extraña mesura
que nos trae
en volandas la mística elegía
del adiós, que postrero, nos salva y nos eleva
y junto al azahar nos dona su blancura.
Pedro Hernandez
del adiós, que postrero, nos salva y nos eleva
y junto al azahar nos dona su blancura.
Pedro Hernandez
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Soneto Nº 6
Y junto al azahar nos dona su blancura
un níveo jazmín que cuando se despierta,
invade de belleza, de olor y de frescura
la brisa que lo envuelve con su caricia experta.
En esta primavera de intenso colorido,
se viste el universo con sus mejores galas,
con pétalos de estrellas de algún edén florido,
con trinos que la luna esconde entre sus alas.
Un manto de amapolas refleja sus colores
sobre el atardecer, que muere tras los mares,
y pinta con el sol un cielo anaranjado.
Se duermen dulcemente los campos y las flores,
y las aves cansadas silencian sus cantares,
mientras que la azucena deja el aire aromado.
Tere Bas
Soneto Nº 6
Y junto al azahar nos dona su blancura
un níveo jazmín que cuando se despierta,
invade de belleza, de olor y de frescura
la brisa que lo envuelve con su caricia experta.
En esta primavera de intenso colorido,
se viste el universo con sus mejores galas,
con pétalos de estrellas de algún edén florido,
con trinos que la luna esconde entre sus alas.
Un manto de amapolas refleja sus colores
sobre el atardecer, que muere tras los mares,
y pinta con el sol un cielo anaranjado.
Se duermen dulcemente los campos y las flores,
y las aves cansadas silencian sus cantares,
mientras que la azucena deja el aire aromado.
Tere Bas
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Soneto Nº 7
Mientras que la azucena deja el aire aromado,
los prados reverdecen bajo la fina aurora;
el cielo, en rosicler, se torna más perlado
tras el lúbrico beso del labio de la hora.
Soneto Nº 7
Mientras que la azucena deja el aire aromado,
los prados reverdecen bajo la fina aurora;
el cielo, en rosicler, se torna más perlado
tras el lúbrico beso del labio de la hora.
Mientras que
la azucena deja al sol abstraído,
el ave del amor con gorjeos atavia
los valles y quebradas en un canto sentido
vertiendo sus primores en el aire cual savia.
el ave del amor con gorjeos atavia
los valles y quebradas en un canto sentido
vertiendo sus primores en el aire cual savia.
¡Ay! viento
de azucena y su candor naciente,
su majestuosidad, su andar y su finura
que llevan la belleza en pétalos, latente.
su majestuosidad, su andar y su finura
que llevan la belleza en pétalos, latente.
¡Ay! del sol
fulgurante que al verla le murmura
todo el amor que lleva hasta quedar silente
con el nítido aroma de su esencia más pura.
Pietro Igarza
todo el amor que lleva hasta quedar silente
con el nítido aroma de su esencia más pura.
Pietro Igarza
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Soneto Nº 8
Con el nítido aroma de su esencia más pura
los claveles y nardos nos adornan la senda
y nos sirven de guía si la noche es oscura
pues también tienen alma, aunque nadie lo entienda.
Con el nítido aroma de su esencia más pura
los claveles y nardos nos adornan la senda
y nos sirven de guía si la noche es oscura
pues también tienen alma, aunque nadie lo entienda.
Si los
pétalos abren sus colores de ensueño
un perfume se riega traspasando la bruma,
y despierta al que duerme sin saber que es el dueño
de lavandas del mar, de la arena y la espuma.
un perfume se riega traspasando la bruma,
y despierta al que duerme sin saber que es el dueño
de lavandas del mar, de la arena y la espuma.
Una rosa que
crece siempre muestra su espina
a la lluvia que baja desde el cielo a la tierra
para hacerse rocío de la fresca alborada.
a la lluvia que baja desde el cielo a la tierra
para hacerse rocío de la fresca alborada.
Una ínfima
flor no le teme a la encina,
su exquisito perfume no arranca ni destierra
anémonas azules y camelia rosada.
Amelia Blanchard
su exquisito perfume no arranca ni destierra
anémonas azules y camelia rosada.
Amelia Blanchard
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Soneto Nº 9
Anémonas azules, y camelia rosada,
son prístinas las flores que adornan mi vergel;
cada vez que las miro, me siento enamorada;
destilan sus olores con un sabor miel.
Soneto Nº 9
Anémonas azules, y camelia rosada,
son prístinas las flores que adornan mi vergel;
cada vez que las miro, me siento enamorada;
destilan sus olores con un sabor miel.
Se yerguen
majestuosas y con mucha ternura
reciben el rocío calmado de la noche,
que llega prestamente en la gran espesura
para cerrar el día con un radiante broche.
reciben el rocío calmado de la noche,
que llega prestamente en la gran espesura
para cerrar el día con un radiante broche.
Mas al
llegar el alba, ellas cautas se amparan
bajo el radiante sol con tonos amarillos,
bañarse en su silueta y su sutil canción.
bajo el radiante sol con tonos amarillos,
bañarse en su silueta y su sutil canción.
Quisiera que
conmigo ellas siempre jugaran,
poder meter mi mente hasta sus tenues brillos.
Airosos pensamientos danzando al mismo son.
Isa Terenzano
poder meter mi mente hasta sus tenues brillos.
Airosos pensamientos danzando al mismo son.
Isa Terenzano
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Soneto Nª 10
Airosos pensamientos danzando al mismo son
convergen en mi mente cual duendes juguetones,
produciendo en el alma extática emoción,
haciendo que germinen por todos los rincones
el gozo y la alegría que añoran los mortales.
Y nos regala el “Cosmos”, en su forma gratuita,
brindando la “Natura”, sus arreglos florales,
que inspiran en mi pecho la más hermosa cuita.
Esconde su secreto sutil y misterioso
entre sus bellos pétalos como un tesoro oculto,
que busca lo descubran a su hora indicada
.
para ofrecer su encanto y aroma delicioso,
sin exigir a cambio ni vítores ni culto
la tímida violeta, entre hojas arropada.
Soneto Nª 10
Airosos pensamientos danzando al mismo son
convergen en mi mente cual duendes juguetones,
produciendo en el alma extática emoción,
haciendo que germinen por todos los rincones
el gozo y la alegría que añoran los mortales.
Y nos regala el “Cosmos”, en su forma gratuita,
brindando la “Natura”, sus arreglos florales,
que inspiran en mi pecho la más hermosa cuita.
Esconde su secreto sutil y misterioso
entre sus bellos pétalos como un tesoro oculto,
que busca lo descubran a su hora indicada
.
para ofrecer su encanto y aroma delicioso,
sin exigir a cambio ni vítores ni culto
la tímida violeta, entre hojas arropada.
Luis Salvador Trinidad
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Soneto Nº 11-
La tímida violeta, entre hojas arropada,
tirita de nostalgia bañada de temores,
solloza confundida, de miedos maquillada,
sus pétalos declinan por falta ya de amores.
Asida a la
promesa que a tiempo recibiera,
le mira caducar sin entender por qué,
marchita ante sus ojos la más dulce quimera
que es hoy sólo despojos de sueños en cliché.
le mira caducar sin entender por qué,
marchita ante sus ojos la más dulce quimera
que es hoy sólo despojos de sueños en cliché.
Seca el
llanto, violeta, que el invierno deshiela
cuando yergues tu estima y confías en ti;
otra flor de valía ya será inspiración.
cuando yergues tu estima y confías en ti;
otra flor de valía ya será inspiración.
Ya vendrá
quien te quiera, algún alma gemela,
los geranios ardientes o un rosal carmesí,
y los rojos claveles de amorosa pasión.
los geranios ardientes o un rosal carmesí,
y los rojos claveles de amorosa pasión.
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Soneto Nº 12
Y los rojos claveles de amorosa pasión
presumen asombrados de tanta algarabía,
¿acaso por ser rojos, mantienen la porfía
con hermanos mayores que van en procesión?
Se distinguen de lejos adornando balcones
con sus cuerdas tejidas en gran multicolor;
las paredes reflejan su máximo candor
y las sombras difusas, prometen emociones.
Los pájaros, el agua; el eterno sonido
de la vieja guitarra, humilde; descuidada,
que en sus tardes serenas, sólo emite un quejido.
Soneto Nº 12
Y los rojos claveles de amorosa pasión
presumen asombrados de tanta algarabía,
¿acaso por ser rojos, mantienen la porfía
con hermanos mayores que van en procesión?
Se distinguen de lejos adornando balcones
con sus cuerdas tejidas en gran multicolor;
las paredes reflejan su máximo candor
y las sombras difusas, prometen emociones.
Los pájaros, el agua; el eterno sonido
de la vieja guitarra, humilde; descuidada,
que en sus tardes serenas, sólo emite un quejido.
Geranios de
colores sacados de la nada;
tulipanes; magnolias que nacen sin un ruido.
La humilde margarita, la eterna deshojada.
Miguel Pedroche
tulipanes; magnolias que nacen sin un ruido.
La humilde margarita, la eterna deshojada.
Miguel Pedroche
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Soneto Nº 13
Soneto Nº 13
La humilde
margarita, la eterna deshojada,
compañera de dudas, amante de la suerte
del loco enamorado, la mil veces besada,
la que pierde la vida, la que llora la muerte.
compañera de dudas, amante de la suerte
del loco enamorado, la mil veces besada,
la que pierde la vida, la que llora la muerte.
Perlada de
rocío amanece a la aurora
bajo el sauce fecundo de aureolada melena,
soñando las praderas dónde danzara otrora,
temiendo los amores que serán su condena.
bajo el sauce fecundo de aureolada melena,
soñando las praderas dónde danzara otrora,
temiendo los amores que serán su condena.
El botón de
su rostro sumergido en albura
presta risa a sus alas y alegra la estación
recién parida, acaso, desde la noche oscura.
presta risa a sus alas y alegra la estación
recién parida, acaso, desde la noche oscura.
Exhibe su
caricia en toda la expresión
y se vale del viento para volar segura,
luciendo entre sus pétalos un sol por corazón.
Inmaculada Nogueras Montiel
y se vale del viento para volar segura,
luciendo entre sus pétalos un sol por corazón.
Inmaculada Nogueras Montiel
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Soneto 14
Luciendo entre sus pétalos un sol por corazón
hay flores que relucen, que deslumbran la vista
que consiguen que a pocos su ardor se les resista
y a ellas se les entreguen signos de devoción.
Soneto 14
Luciendo entre sus pétalos un sol por corazón
hay flores que relucen, que deslumbran la vista
que consiguen que a pocos su ardor se les resista
y a ellas se les entreguen signos de devoción.
Pero mi flor
es otra y otro es también su don
y he tenido la suerte de cerrar esta lista
con la que yo prefiero, la que siempre conquista,
la que es signo de amor por quien siento obsesión.
De belleza infinita, de fragancia especial,
de colores de ensueño, os aseguro que
es sin duda, entre todas, la prenda más hermosa.
y he tenido la suerte de cerrar esta lista
con la que yo prefiero, la que siempre conquista,
la que es signo de amor por quien siento obsesión.
De belleza infinita, de fragancia especial,
de colores de ensueño, os aseguro que
es sin duda, entre todas, la prenda más hermosa.
Y cierro
esta corona con la flor sin igual
y lo que digo es cierto, pues ha sido el porqué
de siempre los poetas han glosado a la rosa.
de siempre los poetas han glosado a la rosa.
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Grupo Poético: Malditos Bastardos
26/03/2019