Llanto por Palestina (Corona de Sonetos)

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Soneto Madre
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Aunque fueron otrora perseguidos
en negros y sangrantes cautiverios,
verdugos son de oficio convencidos
y ejercen su liturgia y ministerios.
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Armados como están hasta los dientes,
tras los blindados muros carcelarios,
sin leyes ni razones convincentes,
se jactan de sus ritos sanguinarios.
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No puedo conceder equidistancia
ante tantos caínes fratricidas
y el silencio de Europa y mi Gobierno...
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¡Qué inmensa y vomitiva intemperancia
de las balas sangrando tantas vidas!
Palestina, ¡a las puertas del infierno!
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Reyes Ferrándiz
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Soneto I
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Los que fueron otrora perseguidos
y a campos de exterminio sentenciados
son hoy los invasores decididos
que juegan a la muerte con sus dados.
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Disparan su sentencia prepotente
sobre la tribu estrecha de Canaán,
el plomo, único dios omnipresente,
es pan de cada día, cruento pan.
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Y Gaza, huérfana de la justicia,
por odio, de su tierra despojada,
se acoraza entre sangre y cementerios.
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¡Oh, Israel, es el mundo quien te enjuicia!
¿Ya olvidaste tu angustia desolada
en negros y sangrantes cautiverios?
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Mardy Mesén Rodríguez
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Soneto II
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En negros y sangrantes cautiverios,
se arrastra el alma pobre y olvidada,
tras una lucha llena de misterios,
hacia una desventura despiadada.
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Habita entre las sombras del instante
sin nadie que sacuda su conciencia
y frene los motivos del farsante
o acabe con las olas de violencia.
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Parece inconcebible la apatía
de tanta sentenciosa hipocresía,
pues crecen, poco a poco, los caídos.
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Y, mientras, justifican sus acciones
aquellos que sufrieron vejaciones,
verdugos hoy de oficio convencidos.
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María Rosales Palencia
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Soneto III
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Verdugos son de oficio convencidos,
y piensan que la vida es un juguete
que lanzan sin temor hacia el retrete,
pues son por el rencor enceguecidos.
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No miran para atrás, les gusta el daño,
están llenas sus fauces de miserias,
y cuando van a herir a su rebaño
ensanchan hacia el sol sus filacterias.
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La tierra está cubierta por la sangre
y brota en lo marchito de las flores
dejando sólo aromas de improperios.
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Desciende hasta el infierno su palangre,
después van al altar con sus furores
y ejercen su liturgia y ministerios.
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Amelia Blanchard
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Soneto IV
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Ejercen su liturgia y ministerios
de sátrapas, sayones y guripas
ahítos de penuria y vituperios
y muerte en las volutas de sus pipas.
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Ayer fueron de muerte blancos reos
los propios aguijones de las varas
que hoy muestran por feroces camafeos
y son la quintaesencia en sus escaras.
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Los carros de combate, en la pedrera,
provocan los conflictos permanentes
a tanto el adoquín y su carrera.
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Morir y rematar los descendientes
en vía dolorosa y lastimera
armados como están hasta los dientes.
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Enrique Sabaté
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Soneto V
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Armados como están hasta los dientes,
no podrán derrotar la primavera,
y la bala eternal de la quimera
enjugará la sangre de sus frentes.
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Quienes abaten no son los valientes,
el dolor se ha pegado allí a su vera,
la rabia les azuza como fiera
y son de pesadilla disidentes.
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Así como la lucha encarnizada
les lleva a la masacre, yo aseguro
que pagarán con piel los mercenarios.
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Porque el karma vendrá de una patada
y sembrará justicia en el futuro
tras los blindados muros carcelarios.
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Marisa Lozano Fuego
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Soneto VI
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Tras los blindados muros carcelarios,
inviernos sin otoño, sin mañanas,
los chacales, los cuervos, los sicarios,
amparados por leyes soberanas,
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maldicen, odian, matan por linaje
deteniendo el ocaso entre gatillos
con el frío estallido del salvaje
y al alba ves morir entre bordillos.
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Yo te nombro cobarde y genocida
por tanta fe e inquina deshonestas
que alteran los latidos de las gentes.
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La noche inyecta sal en cada herida,
los judíos trajeron sus propuestas,
sin leyes ni razones convincentes.
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Manolo Gimeno Cervera
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Soneto VII
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Sin leyes ni razones convincentes
vivimos los humanos en la tierra:
por ello somos seres consecuentes
en cuanto al acto mismo de la guerra.
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La idea de acabar con el vecino
es algo placentero para el hombre;
matar y exterminar por lo divino
es cosa que me extraña nos asombre.
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Yavhé lo dijo claro, ya hace tiempo,
escrita está en la Biblia su victoria:
"Arrasa con los pueblos sedentarios,
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no sea en absoluto contratiempo,
pues todas las naciones en la historia
se jactan de sus ritos sanguinarios".
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Marcos Circenses
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Soneto VIII
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Se jactan de sus ritos sanguinarios,
a las piedras responden con fusiles,
apagando la luz de los candiles,
¡cuánta barbarie en hechos lapidarios!
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Porque es negocio de los visionarios
armar conflictos, pero son tan viles,
sin pensar en matanzas de civiles,
sus rostros no aparecen en los diarios.
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Tierra Santa, cubierta de coronas,
la estrella masacrando media luna,
parece carecer de relevancia.
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Será que el mundo pierde sus neuronas,
pero, por los recuerdos de mi cuna,
no puedo conceder equidistancia.
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Antonio Roman Quesada
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Soneto IX
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No puedo conceder equidistancia:
tanta sangre vertida en el desierto,
tanta viuda llorándole a su muerto,
tanto muerto muriendo con constancia...
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Tanta ausencia preñada de distancia,
tanto amor observando en desconcierto,
tanto olivo que vaga sin acierto,
tanta guerra triunfante de jactancia.
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Tanto lloro rondando en hospitales
-un quirófano tétrico e insalubre-,
historias y matanzas repetidas.
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¡Qué vamos a morir todos iguales!,
un Abel, con las manos, que se cubre
ante tantos caínes fratricidas.
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Roberto Francisco Almeyda Rospigliosi
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Soneto X
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Ante tantos caínes fratricidas,
ante tanto dolor y tanto lloro,
no aprendemos de idas y venidas,
y seguimos negando sin decoro.
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Impasibles a bombas biológicas
y a niños que contemplan con sorpresa
la muerte por cuestiones ideológicas
mientras crecen las hambres en la mesa,
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pues nuestra sociedad sin corazón
no busca otra riqueza que la suya,
ni sufre las nevadas de su invierno.
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Y, cómplices, quizá por omisión,
son esta indiferencia mía y tuya
y el silencio de Europa y mi Gobierno.
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Mar Garcia
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Soneto XI
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El silencio de Europa y mi Gobierno,
no parece entendible que digamos.
¿No mandan a Israel al negro averno?,
¿hay algo que nosotros no sepamos?
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Pues que apoyan los años de conquistas
conseguidas, por fin, en su nación,
jamás respaldarán a terroristas,
ni a suicidas que maten sin razón
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o impidan la igualdad de sus mujeres,
¡sangre costó que aquí ya no suceda!
Son un cóctel de Alá con ignorancia.
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Hagamos de una vez nuestros deberes,
¿o pretendéis que todo retroceda?
¡Qué inmensa y vomitiva intemperancia!
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Rufino Garcia Alvarez
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Soneto XII
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¡Qué inmensa y vomitiva intemperancia
en esos territorios guerreando,
cercenando las vidas y esquilmando
la tierra, hasta dejarla sin sustancia.
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Esta guerra elimina la fragancia
y el jardín de Israel se va amustiando,
puesto que no respira y se está ahogando,
“no a esta guerra, con cero tolerancia”.
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¿Por qué tantos ataques y no cesan;
y a casa los soldados ya regresan
olvidando esas luchas fraticidas?
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Hora es que algún ”jerarca” se dé cuenta
de lo que para el mundo representa,
de las balas sangrando tantas vidas…!
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Manuel Mejía Sánchez-cambronero
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Soneto XIII
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¡De las balas sangrando tantas vidas!
Qué impúdico dominio, qué holocausto,
qué gran desfachatez, qué embrutecidas
las causas ambiciosas del infausto.
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Israel se recrea en la crueldad
masacrando a personas inocentes,
demostrándole al mundo su verdad:
la infame condición de tender puentes.
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Todo un pueblo enterrado en la tristeza
por una sinrazón amurallada,
por un afán de gloria sempiterno,
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por ese instinto armado de vileza
que lanza a sus hermanos a la nada.
Palestina, ¡a las puertas del infierno!
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Teresa Fernandez
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Soneto XIV
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Palestina, a las puertas del infierno,
cercada estás por los depredadores,
los militarizados agresores
que te han jurado rabia y odio eterno.
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¿Cómo torcer las líneas del cuaderno
y la ruta, cuando los invasores
añaden a sus muros constrictores
su arsenal militar supermoderno?
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Ante una perspectiva tan macabra,
paradoja sangrante del espanto,
mi corazón está con los vencidos,
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y mi verso, mi voz y mi palabra
los lanzo a los culpables de este llanto,
aunque fueron otrora perseguidos.
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Reyes Ferrándiz
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Grupo: "Malditos Bastardos"
22/7/2018